“¿Qué me motiva a estudiar? Di , realmente los deseos de superarme y seguir adelante. Lograr una meta, tener un proyecto futuro, dejar la vida que tenía para llegar a ser un profesional”.
En boca de Joseph Brenes, con apenas 20 años, esas palabras se entintan en la voluntad como lo hace el tatuaje en su piel.
“Que mi mamá se sienta orgullosa de mí y sentirme yo orgulloso de mí mismo; porque sí se puede, solo es cuestión de luchar”, continuó el estudiante de quinto quien este año espera graduarse como bachiller.
En él, esas palabras evocan una convicción: querer estar mejor, saber que se puede moldear una nueva vida a pesar de las equivocaciones, poder transformar un pasado en futuro a partir de una oportunidad.
En el Centro de Formación Juvenil Zurquí, centro penitenciario para jóvenes ubicado en San Luis de Santo Domingo de Heredia, saben que esa oportunidad viene con la educación.
Por eso, para los 152 estudiantes que cursan desde sexto hasta undécimo año de secundaria, este inicio del curso lectivo trajo consigo conocimiento, metas y sobre todo esperanza.
“Gracias a Dios, este año salgo de aquí, pero la idea es seguir estudiando para sacar el quinto año porque sin estudio uno no es nada. Para cualquier trabajo piden noveno y hay que estudiar para sacar adelante a la familia”, comentó Andreína Ocampo, estudiante de octavo año que aspira a convertirse en psicóloga.
Educación para la vida. Este centro, administrado por el Ministerio de Justicia y Paz, cuenta con el apoyo del Instituto Profesional de Educación Comunitaria (IPEC) de Santo Domingo de Heredia.
Las profesoras del IPEC combinan materias académicas como Matemática, Español y Ciencias con otros cursos que permiten a los jóvenes aprender habilidades que luego les facilitan la inserción al mercado laboral.
De esta manera, los estudiantes reciben clases de belleza, reparación de electrodomésticos, pintura y computación; esta última se suma a la oferta a partir de este año, gracias al Instituto Nacional de Aprendizaje (INA).
Con 14 años de trabajar como docente, la mayor satisfacción de Elia Viales es saber que sus muchachos y muchachas se gradúan y encuentran trabajo o siguen con estudios universitarios.
Ese es el caso de José (nombre ficticio a pedido del joven), quien obtuvo el bachillerato en la primera promoción del centro en el 2012, y quien el año pasado inició la carrera de Administración de Empresas en la Universidad Estatal a Distancia (UNED).
“La idea es tener el título en Administración y luego buscar otra carrera. Me gustaría Educación Especial”, contó este vecino de Barva de Heredia, de 20 años.
Ayer, Viales presentó a las profesoras que acompañarán este año a los jóvenes.
“Yo no cambio el trabajar aquí; esto va más allá de dar clases. Hay toda una labor humana implícita en lo que hacemos (...). Tratamos de motivarlos, mostrarles que vale la pena estudiar cualquiera que sea la circunstancia”, comentó Viales.
Una oportunidad, eso es lo único que se necesita para cambiar una vida y soñar en grande. “La fe es sacar el colegio este año y el próximo, si Dios lo permite, entrar a la Universidad”, dijo Brenes, quien sueña con ser ingeniero civil.