En su intento por llegar a Estados Unidos y obtener mejores oportunidades de vida, 26.000 migrantes entraron a Costa Rica en poco más de un año, informó este domingo el Gobierno.
El éxodo provino de Cuba, Haití, África y Asia. La mayor parte de ellos ya logró salir del país, pese al bloqueo fronterizo impuesto por el gobierno de Daniel Ortega en la frontera norte. Otros miles aún permanecen en suelo costarricense, principalmente en el cantón de La Cruz, Guanacaste.
La cifra de migrantes atendidos, de hecho, supera la población total de La Cruz, que tiene menos de 20.000 habitantes.
En ese cantón, el Gobierno instaló un Centro de Atención Temporal para Migrantes (CATEM), en el que asiste a los extranjeros que llegan a la comunidad, con la intención de continuar su ruta hacia el norte.
De los 26.000 migrantes que entraron a Costa Rica entre noviembre del 2015 y diciembre del 2016, unos 8.000 eran cubanos. Ellos lograron irse luego de cuatro meses gracias a puentes aéreos negociados con México y El Salvador.
Posteriormente, en el segundo semestre de este año, se intensificó el flujo de haitianos y extracontinentales, los cuales superaron la cifra de 18.000 personas.
De estas oleadas migratorias, muchos quedaron atascados en el país a causa del cierre ordenado por Daniel Ortega. Esto ha obligado al Gobierno a atender las necesidades de las personas migrantes durante su estancia en el territorio nacional.
Atención básica
Además del campamento de La Cruz, el Gobierno mantiene otros tres centros de atención en Golfito, Buenos Aires de Puntarenas y en El Jobo, también en La Cruz. En estos sitios, los migrantes reciben asistencia médica, alimentación básica, techo, abrigo, apoyo a las familias con niños y mujeres embarazadas, así como seguridad y condiciones mínimas de higiene y salud.
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"Debido a que son personas que no han cometido ningún delito, y son seres humanos que merecen ser tratados con dignidad, están en un ambiente seguro y controlado, pero se mantienen en libertad", declaró el ministro de comunicación, Mauricio Herrera, quien coordinó junto con las instituciones nacionales para garantizar la atención humanitaria de estas personas.
Por su parte, al Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) y el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) se les asignó la obligación de supervisar la atención a mujeres y menores de edad, así como la prevención de la violencia en todas sus manifestaciones y el hostigamiento sexual.
Situación actual
A la fecha se han extendido 7.802 Visas extraordinarias para la población cubana y 18.243 Permisos de Ingreso y Tránsito (PIT), para las personas extracontinentales, haitianos y ciudadanos de otros países.
"Actualmente, el flujo migratorio por Costa Rica se ha logrado estabilizar y controlar, aplicando la legislación costarricense vigente en la materia", dijo el ministro.
Aunque Costa Rica les ha otorgado permisos de estancia temporal a estos migrantes, técnicamente se considera que su condición es irregular porque ingresaron sin el visado ni la documentación que el país exige.
Aun hoy, ingresa un promedio de 100 migrantes diarios que llegan de Panamá. Estas personas son regularizadas y, en caso de que no se reporten ante las autoridades de migración, no pueden utilizar los servicios de asistencia para migrantes de tránsito y corren el riesgo de ser deportados a su país de origen. Bajo estas circunstancias se han realizado diez deportaciones a Haití, según datos del ministro de comunicación.