Treinta de cada 100 usuarios de los acueductos rurales se exponen a padecer enfermedades al consumir agua contaminada.
Informes del Laboratorio Nacional de Aguas de Acueductos y Alcantarillados (AyA) correspondientes al año pasado revelan que el porcentaje de potabilidad de dichos suministradores es apenas del 69%.
Darner Mora, director del Laboratorio, explicó que los acueductos rurales tienen sistemas deficientes para proteger las fuentes acuíferas y carecen de procesos de cloración del líquido.
Quienes pagan la factura son unos 375.000 abonados de los 1,2 millones que dependen de los operadores rurales y que reciben líquido de mala calidad.
En algunos casos el agua está contaminada con coliformes fecales, detalló Mora.
De ahí el riesgo de padecer desde diarreas hasta parasitosis.
Los acueductos rurales son operados por Comités Administradores de Acueductos Rurales (CAAR) y Asociaciones Administradoras de Acueductos y Alcantarillados Sanitarios (Asadas).
Ambos sistemas funcionan bajo un convenio de delegación del AyA y laboran de forma independiente de dicha institución.
Sin embargo, dado que el AyA es el ente rector del agua, les brinda capacitación y asesoría, aunque esta se ve limitada por la falta de recursos económicos.
Óscar Núñez, presidente ejecutivo del AyA, destacó que para mejorar la infraestructura y dar mantenimiento a los acueductos rurales se requiere de $480 millones.
En total suministran agua al 27,5% de la población nacional (1.243.000 de habitantes).
La potabilidad del agua suministrada por las Asadas y las CAAR está muy por debajo de la de otros operadores.
Por ejemplo el AyA proporciona agua al 50% de la población, 2.577.000 habitantes, de estos solo 24.710 reciben agua no potable; es decir, un 1%.
Mientras que los acueductos municipales abastecen al 17% de la población y su porcentaje de potabilidad es de un 80%.
Aunque el Laboratorio Nacional de Aguas no tiene el detalle de las regiones abastecidas por Asadas y CAAR, con mejor o peor calidad del agua, el director de dicho centro, Darner Mora, indicó que los casos más preocupantes se ubican en la zona norte.
Atribuyó esa situación a las capacitaciones masivas brindadas por AyA a los funcionarios de las Asadas.
Detalló que en el 2008 el porcentaje de potabilidad era de un 59%; es decir que hubo una mejora del 10% para el 2009.
Sin embargo, reconoció que hay muchos obstáculos. Entre ellos citó que las Asadas no tienen un adecuado sistema de cobro de tarifas, lo cual les impide utilizar los recursos captados para invertir en el acueducto.
Óscar Nuñez anunció que reformulará la subgerencia de sistemas regionales del AyA para que haya una mayor participación de la institución en los acueductos rurales.
Además, dijo, le darán énfasis a los acueductos de las comunidades del programa gubernamental Comunidades Solidarias y Seguras, el cual plantea intervenir con planes sociales los cantones con menor índice de desarrollo.
También propone que el Gobierno central se encargue de la construcción y mejoramiento de los acueductos, labor que hoy ejecuta AyA como empresa pública.