05/01/2012. Visita a la zona de Fraijanes con relacin a la poca ayuda que han recibido los vecinos 3 aos despus del terremoto de Cinchona, Flor Soto Solrzano visita lo que qued de su casa en Fraijanes. Foto Abelardo Fonseca (Abelardo Fonseca)
Mayela González es una de las damnificadas de aquel evento que dejó 25 personas muertas, cinco desaparecidas y 100 heridas.
“Las personas creen que con levantar Nueva Cinchona todos los problemas se solucionaron”, manifestó González, mientras intentaba protegerse del intenso frío que ingresaba por las grietas de la vivienda que habita, a 13 kilómetros del volcán Poás.
González es la jefa de un hogar integrado por ocho personas, quienes aún tienen el temor a flor de piel y “sembrado en la cabeza”.
El principal reto diario es no pensar que cada vez que tiembla se estremecen con fuerza las débiles paredes de su morada.
“Utilizamos la casa durante el día; cinco dormimos en una casita que nos hizo Un Techo para mi País porque aquí no se puede dormir”, declaró González mientras un camión pesado hizo crujir las paredes de la endeble casa.
Según puntualizó, esos vehículos, las fuertes ráfagas de viento y los buses no les permiten quitarse el sentimiento de estar alerta.
Los daños por el sismo obligaron a la familia a improvisar; por ejemplo, los cuartos son ahora una especie de clóset.
Las prendas de vestir las guardan en bolsas plásticas negras cerca del marco de las puertas.
“Sé que mi casa se va caer en cualquier momento, eso es un hecho. Solo espero que sea cuando podamos vivir en otra”, expresó, resignada, González.
A pocos metros del lugar donde vive Mayela González yace abandonada la vivienda que habitó Flor Soto durante más de 20 años.
Soto es oriunda de la zona y tuvo que pasarse a vivir con su mamá luego de que parte de su vivienda cayó al cauce del río Poás.
“Todo este tiempo ha sido muy duro. Todo el 2009 alquilé una casa con la ayuda del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), pero luego no se pudo renovar la cooperación.
“Hoy estoy desempleada y dependo de la ayuda de un hijo”, explicó Soto mientras observaba hacia el vacío en lo que alguna vez fue la cocina de su casa.
“Tengo que ser transparente; ahorita tenemos un terreno que es el más factible. Con ese terreno ya tenemos una luz porque la Municipalidad de Alajuela ya dio el visto bueno al uso de suelo”, agregó.
La finca se ubica en el centro de Fraijanes y pertenece a la empresa American Flower Corp.
El proyecto, de 90 casas, se haría en un terreno de tres hectáreas.
“El plan regulador del cantón Central de Alajuela nos obliga a hacer las viviendas en torres de tres pisos cada una”, dijo Campos.
Este proyecto es diferente a Nueva Cinchona –distrito de Sarapiquí, Alajuela–, donde 91 familias se pasaron a casas separadas desde mayo anterior.
En el municipio alajuelense explicaron que el problema “es que esa zona es un corredor turístico y el plan regulador no permite segregar lotes menores a 2.500 m²”.
Si bien la solución está en camino, la ministra de Vivienda advirtió de que la construcción quizás principie en un año y medio.