Cambridge. Massachusetts. No hay que llegar primero sino saber llegar. Ese refrán se puede ajustar al difícil proceso de aprender a leer.
Muchos se esmeran porque sus hijos lean a la menor edad posible, aunque la preocupación debería ser que le encuentren sentido al montón de palabras que leen.
Catherine Snow, catedrática de la Escuela de Educación de la Universidad de Harvard, en esta ciudad estadounidense, dijo que si no hay sentido, la lectura es aburrida.
Todas las Américas tenemos algunos problemas semejantes: el énfasis en lectura técnica sin énfasis suficiente en comprensión, en conocimiento, que es el fundamento para comprender con más profundidad. Sabemos cómo dar enseñanza en las letras, los sonidos, la ortografía, y por eso se enfoca en estas habilidades tan estrechas, pero no tenemos tiempo dentro del aula para expandir el conocimiento de los niños, de los estudiantes.
Los dos problemas, pero hay una presión también por los exámenes y por eso se enfocan las escuelas en la idea de que los niños de 8 años tienen que leer técnicamente y no piensan en las etapas más avanzadas, para las cuales necesitan más conocimiento y más tiempo para pensar, discutir, tomar perspectivas, sobre todo los niños que vienen de hogares donde no hay atención por el aprendizaje.
”Si tienen padres con los cuales pueden conversar sobre lo que hay en el diario, lo que pasa en el mundo, no es problema, pero para el niño que no tiene acceso a este tipo de conversación, es un desastre”.
Lo que leen los niños pequeños son cuentos y cada uno, de cualquier clase social, tiene el conocimiento para entender las relaciones psicológicas entre personas, pero para entender el mundo de los insectos, el tiempo, o el sistema astronómico, se necesita más conocimiento al que se puede acceder conversando, mucho más fácilmente que leyendo.
No me molesta mucho que aprendan a leer temprano, pero es necesario invertir más tiempo para alcanzar un nivel adecuado de lectura con niños pequeños que con niños un poco mayores.
”Este tiempo se podría invertir en aprender cosas, en conversación, discusión, y el otro problema es que es posible que los niños se formen la idea de que aprender es pronunciar las palabras y no tiene que ver con comprensión y eso es un obstáculo permanente”.
Mirar libros, sobre todo los niños pequeños. Muchas veces los padres piensan en leer libros con niños pequeños, pero la actividad mejor no es leer los libros, sino hablar, contar, discutir sobre los dibujos y regresar muchas veces para profundizar el conocimiento sobre estos libros y lo que ocurre en los libros.
”No es una actividad de dónde está la A o dónde está la B y qué es esta palabra”.
Precisamente, lo que tienen los niños pequeños es una curiosidad enorme, por el mundo natural, el mundo de fantasía y esta curiosidad es muy buena para ampliar los conocimientos, y cinco años más tarde, cuando empiezan clases de Ciencias, Historia, pueden utilizar este conocimiento como base para la comprensión.
Cuando la lectura no tiene que ver con el sentido, con información, con la posibilidad para abrir la comprensión del mundo, claro que va a ser aburrida, sin sentido.
Por lo general, quieren hacer cosas buenas, pero la lectura es un concepto complejo. En países escandinavos, los padres nunca enseñan a los niños cómo leer, porque es algo para la escuela, pero hablan muchísimo y hacen cosas juntos, viajes y actividades, y todo eso permite aprender muchas cosas.
”Aprenden mucho más hablando con sus padres sobre viajes, libros, lo que se lee en el diario, de lo que podrían aprender leyendo. A los 7 años van a la escuela y aprenden fácilmente los aspectos técnicos de la lectura, y en ese momento juntan esas habilidades técnicas con el conocimiento acumulado.