La vida de Leonardo Kikut y Adelina Brenes, un médico y una trabajadora social ya jubilados, transcurre de forma envidiable entre árboles, flores, cantos de aves y una relajante vista hacia la costa del Pacífico.
Luego de muchos años de trabajar muy duro, esta pareja planeó su retiro en una tranquila quinta ubicada a unos dos kilómetros del centro de Esparza.
Por tratarse de una zona casi rural, el suministro eléctrico es un punto sensible para ellos.
Además, ambos son unos apasionados de la naturaleza y, por eso, pensaron en alguna forma de compensar a la madre Tierra por todos sus frutos.
Eso los llevó, hace unos seis meses, a instalar en el techo de su casa los primeros ocho paneles solares para la generación de electricidad.
Los primeros kilovatios generados a base de luz solar los incentivó a aumentar la cantidad de paneles hasta un total de 32.
Además, compraron un pequeño generador eólico para complementar la producción de electricidad durante la noche.
Este funciona cuando el viento sopla a 3,5 metros por segundo, y alcanza su máxima producción o eficiencia cuando se llega a 10 metros por segundo.
Con ambos sistemas en funcionamiento y una inversión de entre $20.000 y $25.000, Kikut y Brenes producen cuatro de los 18 kilovatios hora (kW/h) que consumen al día en promedio.
También cuentan con un sistema de baterías donde almacenan parte de la energía que producen y no consumen durante el día. Esta reserva les permite permanecer siempre iluminados.
“Aquí casi ni nos damos cuenta de cuándo se va la electricidad. Nuestra casa nunca se nos queda a oscuras”, dijo Kikut con orgullo.
Lo que en principio fue una iniciativa personal, ahora tiene la atención de los funcionarios del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), que los asesora y los incorporó como un proyecto modelo al plan piloto sobre generación distribuida.
El ICE también les colocó un medidor de doble vía, con lo cual se puede medir su aporte a la red.
“Tengo que reconocer que la inversión inicial es cara, pero se puede hacer por etapas. Además, la rentabilidad se puede medir de diversas formas como el hecho de que nunca nos quedamos sin luz, estamos utilizando una fuente de generación renovable y no contaminamos”, agregó Kikut.