Pocosol, San Carlos . Miguel Quesada Zamora es un pequeño artesano de este poblado, en el extremo norte del país.
Con la madera como materia prima y gracias a manos habilidosas, confecciona elegantes muebles y suvenires por encargo.
Zamora afirmó resentir en su bolsillo las frecuentes alzas de tarifas que le cobra la Cooperativa de Electrificación de San Carlos (Coopelesca R. L.).
Según dijo, entre mayo del 2011 y febrero del 2013 el monto del recibo aumentó en un 100%. Para demostrarlo sacó los papeles.
En un recibo de mayo del 2011 el cobro asciende a ¢19.270, mientras en febrero recién pasado tuvo que desembolsar ¢30.414.
“Esto va de mal en peor. En la casa se cocina con leña y, aún así, los montos siguen llegando altos”, afirmó Quesada.
Ante el ajuste tarifario, explicó, se vio en la necesidad de subir el precio de sus artesanías, pero el efecto inmediato es que las ventas caen y los ingresos disminuyen severamente.
Quesada contó que para tratar de bajar el consumo de electricidad en su casa, solo encienden los bombillos cuando ya es muy necesario.
“Vemos muy poca televisión y no tenemos ducha, pues de lo contrario tendría que pagar montos mucho más elevados”, contó el sancarleño.
Burocracia. Para este pequeño artesano, la “burocratización” de Coopelesca es en gran parte responsable de las alzas en la luz.
“La planilla administrativa ha crecido mucho y la misma Autoridad Reguladora le ha llamado la atención sobre ese asunto, pues repercute en el costo del servicio eléctrico”, manifestó.
Por eso, Zamora piensa que la cooperativa debe recortar gastos.
“Hace pocos meses vi llegar seis empleados de la empresa en igual número de carros a una reunión en barrio El Jardín de Santa Rosa de Pocosol. Creo que el desplazamiento pudieron haberlo hecho en dos vehículos, añadió Quesada.