Tres mil kilómetros de carreteras del país tienen tantas irregularidades (huecos, baches o remiendos), que los carros se deterioran más y consumen más combustibles.
Esa cifra de calles dañadas representa el 62% de la red vial en asfalto del país (5.000 kilómetros). Además, la mayoría de esas calles (el 46%) se concentran en Alajuela (807 km) y San José (577 km).
Esta es una de las principales conclusiones del Informe de Evaluación de la Red Vial Nacional Pavimentada de Costa Rica 2010 - 2011.
Este análisis es elaborado cada dos años por el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), el cual está adscrito a la Universidad de Costa Rica, que evaluó un máximo de 4.800 kilómetros de los 5.000 de la red vial nacional.
Los especialistas aplicaron tres tipos de mediciones para encontrar igual cantidad de problemas: irregularidades en la vía, deformaciones en el asfalto por sobrecarga o mal estado del pavimento, y riesgo de derrape porque la calle está lisa.
El primer indicador mide la condición de regularidad superficial de las carreteras, que se conoce como IRI, por sus siglas en inglés (International Roughness Index).
Bajo el índice IRI, el Lanamme evaluó el estado de casi 4.800 kilómetros. De ese total analizado, el 62% (3009 kilómetros) tiene irregularidades muy elevadas, lo que contribuye a “aumentar los costos de operación de la flota vehicular”.
Según el Lanamme, existen estudios que confirman que una ruta plagada de huecos y remiendos disminuye la velocidad de desplazamiento promedio, aumenta el consumo de combustible y la contaminación del aire y disminuye la vida útil de los neumáticos.
Además, la suspensión de los autos y camiones debe trabajar más para amortiguar las irregularidades y se deteriora más rápido.
“Existen cifras empíricas (calculadas por rent a car) que demuestran que el mantenimiento de un vehículo es más caro en estas condiciones, que en las carreteras de un país desarrollado”, explicó Luis Guillermo Loría, director del Programa de Infraestructura del Transporte del Lanamme.
Francisco Jiménez, ministro de Transportes, exaltó otros datos del Lanamme, como por ejemplo, que solo el 8,5% de la red vial está en mal estado (400 km), si solo se toma en cuenta el indicador de deformaciones (ondulaciones tipo serrucho) en el asfalto por sobrecarga.
Sin embargo, reconoció que atender las calles con huecos y hacer bacheo no es suficiente.
Por ejemplo, explicó que una capa delgada de asfalto, para regularizar la superficie de la calle, cuesta entre ¢20 millones a ¢30 millones.
Así, atender los 3.000 kilómetros que señala el Lanamme abarcaría el 50% de los ingresos del Consejo Nacional de Vialidad.
Jiménez dijo que además de mejorar las condiciones superficiales de las vías, también deben atenderse calles en lastre y puentes y los ingresos del país son insuficientes.