La posibilidad de que circule un tranvía por las calles de San José depende de que el Gobierno consiga al menos $220 millones (unos ¢111.100 millones).
Esa es la cantidad de dinero que se necesita para poner a funcionar ese medio de transporte público entre Demasa, en Pavas, y la Estación del Ferrocarril del Atlántico, en San José centro.
Si las autoridades logran reunir esos fondos, o encuentran un país o empresa dispuesto a invertir, podrán colocar los rieles sobre los 10 kilómetros del trayecto, que incluyen calles en La Sabana, el paseo Colón y las avenidas segunda y tercera.
También podrán comprar los vagones y levantar las estaciones de abordaje, entre otras obras.
Para el mantenimiento del servicio son necesarios $9 millones (¢4.545 millones) anuales, pero eso se financiaría con la tarifa, que sería de ¢300 por viaje.
La Municipalidad de San José, que impulsa este proyecto, dio a conocer ayer el estudio de factibilidad elaborado por la empresa francesa Systra.
Ese análisis costó $700.000 (¢354 millones) y lo pagó el Gobierno de Francia.
Además de definir la inversión económica, el estudio arroja que el tranvía tardará 30 minutos en el recorrido, y hará 18 paradas, una cada 500 metros.
La meta es que por día lo utilicen 150.000 personas, y en horas pico la demanda sea hasta de 13.000 pasajeros, explicó Fabián Hinojosa, jefe del proyecto.
El horario propuesto para que se brinde el servicio es de las 5 a. m. a las 12 medianoche, con una frecuencia de 5 minutos y 30 segundos en los momentos en que haya más pasajeros, y cada 10 minutos el resto de la jornada.
Para dar abasto, el país debe contar con al menos 14 trenes.
“El proyecto está concebido con toda la red de transporte público, con el tren interurbano y los autobuses”, afirmó Hinojosa.
Análisis. La tarea de encontrar el financiamiento para que el tranvía vuelva a pasar por las calles josefinas quedó en manos del segundo vicepresidente de la República, Luis Liberman.
La mejor forma, opina Liberman, es asegurar que el proyecto se haga llave en mano.
A la vez, recalcó que podría darse en administración, como ocurre con el aeropuerto internacional Juan Santamaría, aunque las utilidades del tranvía podrían ser insuficientes para sostener esta figura.
No obstante, el vicepresidente desea aclarar unas dudas, como por ejemplo, quién asumiría los costos de mantenimiento en caso de que no haya tantos pasajeros como lo estima el estudio de factibilidad.
“Para Navidad o enero tendremos la decisión sobre este proyecto”, aseguró Liberman.
De conseguirse el financiamiento, se necesitan dos años para poner a operar este tipo de tren.
Sin embargo, a ese plazo se le debe agregar el tiempo necesario para el diseño de la obra y para conseguir el dinero. Esto podría demorar otros dos años.
Urgente. Entre tanto, Johnny Araya, alcalde de San José, ve clave el funcionamiento del tranvía para mejorar la vialidad capitalina.
“El proyecto tiene muchas bondades: mejora la movilidad en la ciudad, es un proyecto de renovación del espacio público, ayuda a promover San José como destino turístico y será un estímulo para el repoblamiento”, aseguró Araya.
La ciudad de San José tuvo un tranvía durante 51 años entre el 9 de abril de 1899 y el 1.° de agosto de 1950. La idea de que funcione de nuevo ronda desde el año de 1996, al punto que este es el tercer estudio de factibilidad que se hace.
Por otra parte, Miguel Carabaguíaz, presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer), no ve en el tranvía una competencia para el tren.
Dijo que, aunque ese medio de transporte funcione en San José, el Incofer seguirá brindando el servicio entre Pavas y las estaciones del Pacífico y del Atlántico.
Carabaguíaz recalcó que la diferencia es que el tranvía hará paradas más seguidas, mientras las del tren son más distanciadas.