Faltaba poco más de una hora para el cierre de la estación de Riteve de San Miguel de Santo Domingo, en Heredia, y Gustavo Castro, mecánico de oficio, hacía las últimas reparaciones a un Buick de 1979, antes de pasarlo por la línea de revisión.
Detalles como el afinamiento del motor y que la batería estuviera bien sujeta a una canasta metálica mantuvieron ocupado por varios minutos al esforzado mecánico.
El viejo Buick no era suyo, sino de un cliente al que trataba de ayudar para que comenzara el 2012 como la Ley de Tránsito manda y así evitar multas en los próximos días.
Pocos minutos después y tras una última inspección el Buick obtuvo la calcomanía de la revisión técnica, pero las carreras del mecánico no terminaron en ese momento, pues todavía le faltaba buscar un sitio para pagar el marchamo.
Como Gustavo Castro, no fueron pocas las personas que dejaron para el último día del año diligencias de todo tipo.
No obstante, para concretar muchos de los trámites no hubo extensas filas ni largas esperas.
Así se notó en varias estaciones de Riteve –concesionaria de la revisión técnica–, en donde la afluencia de vehículos fue mucho menor que lo habitual y todavía menos que en otros fines de año, según dijeron varios gerentes de estación.
La misma tranquilidad se notó en los Servimás, única entidad que ayer tenía ventanillas habilitadas para el pago de marchamo.
En estos establecimientos se encontraba desde personas que habían olvidado cancelar el marchamo, hasta quienes hacían pagos de tarjetas de crédito y recibos de servicios públicos.
Donde no hubo movimiento fue en la sede del Instituto Nacional de Seguros (INS), en el centro de San José, sitio donde había posibilidad de retirar el marchamo tras haberlo pagado por Internet.