Los Chiles. Alajuela. El desinterés no es la única razón por la cual hay jóvenes que no estudian ni trabajan.
Algunos quieren ir al colegio, pero la pobreza se los impide porque no hay recursos para pagar el transporte ni comprar los útiles.
Las carencias los obligan a buscar empleo, momento en el que se encuentran con otro obstáculo: no hay puestos de trabajo en su comunidad.
Este es el caso de Henry Danilo Morales González, un muchacho de 15 años que vive en el cantón de Los Chiles, Alajuela.
La última vez que asistió a clases fue en mayo pasado, pero no volvió porque sus padres no le podían comprar ni los cuadernos.
“En mi casa no tenemos los ¢2.600 diarios que necesito para llegar al colegio. Yo quería seguir en clases”, afirmó Morales.
La situación de este joven no es excepcional, pues el 13,8% de los “ninis” vive en extrema pobreza. Esa cifra duplica la población que a nivel nacional enfrenta la pobreza extrema.
Durante el tiempo que estuvo estudiando, Henry Morales pasó muchas congojas porque en su casa ni siquiera hay una mesa o sillas donde acomodarse para hacer tareas. Su familia tampoco cuenta con electricidad, de ahí que para estudiar era con candela.
Ahora, no ha podido conseguir trabajo como peón agrícola, porque el trabajo escasea en esta zona fronteriza con Nicaragua.
“Me da envidia ver a mis compañeros viajar en las mañanas al colegio. Me pican los pies por subirme al bus”, dice.
A él le hubiera gustado llegar a ser abogado. Colaboró: Jairo Villegas S., redactor.