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Óscar Alfaro (derecha) preside la comisión legislativa que analizará el proyecto de fecundación in vitro a partir de enero. Lo acompañan los legisladores Xinia Espinoza y Luis Antonio Aiza, todos de Liberación Nacional. | ARCHIVO (Eyleen Vargas Davila)
El proyecto de ley 17.900 sobre fecundación in vitro (FIV) que se discutirá en la Asamblea Legislativa no permite que las parejas y médicos puedan descartar aquellos embriones ‘enfermos’ o que presentan males congénitos.
Eso se debe a que el plan impide que se puedan desechar o almacenar embriones cuando se practique esa técnica de reproducción humana asistida.
En otras naciones donde se practica la FIV, antes de ser implantados los embriones son sometidos a un estudio molecular para detectar alteraciones en sus cromosomas y las enfermedades que tendrá el niño cuando nazca.
Tras ese análisis a las células del embrión –llamadas blastómeras– en muchos casos no se implantan aquellos embriones con males como la distrofia muscular de Duchenne, una enfermedad que causa la muerte del infante a los pocos años de nacido.
“En otros países las parejas tienen la posibilidad de saber que si acuden a la ciencia, pueden generar un embarazo de un niño sano y que no está condenado a la muerte a los pocos días de nacido o en sus primeros años de vida”, explicó el médico especialista en fecundación in vitro, Gerardo Escalante López.
Para María Luisa Ávila, ministra de Salud, es claro que las parejas deberán recibir “una buena consejería genética” para abordar el tema.
Sobre la selección de embriones en sí, la Ministra dijo que podría “abrir un portillo” para que las parejas no quieran a hijos con ciertas características congénitas.
Un criterio parecido dio el médico Escalante: “Por ejemplo, si el estudio molecular determina que un embrión tiene el síndrome de Down yo, personalmente, sí lo implantaría, pues está demostrado que las personas con esas condiciones tienen una buena calidad de vida y se desarrollan en la sociedad”.
Ávila y Escalante recalcaron que la selección podría aplicarse para casos de embriones que se sepan contienen males como hidrocefalia o algunas trisomías (anomalías genéticas).
De acuerdo con Ávila, la enfermedad de Hurler (mucopolisacaridosis), la cual causa deformidades en el sistema óseo y la expectativa de vida es hasta la adolescencia, también figura entre los males que se podrían evitar.
Sin embargo, “el tema de la selección de embriones es complejo, por eso es importante que se pueda armar la discusión en la Asamblea Legislativa”, afirmó Ávila, quien ha mostrado su apoyo a la fecundación in vitro.
Para Escalante, si el proyecto se aprueba y no permite la selección de embriones, “en Costa Rica habría que transferir aquellos que están condenados a la muerte”.
Los castigos van de uno a seis años. Para la selección de embriones no hay contemplado un castigo, pero debido a que no se pueden guardar o congelar, la escogencia se torna prohibida.
El plan también exige un examen psicológico para las parejas que opten por la FIV.
Los 25 artículos que contiene el proyecto entrarán a debate en la Asamblea Legislativa en enero, pues ya la Comisión de Asuntos Jurídicos –que dictaminará el plan– planteó 14 audiencias para discutir la técnica, según informó el diputado liberacionista Óscar Alfaro.
El proyecto 17.900 figura entre los convocados por el Poder Ejecutivo para ser visto en las sesiones extraordinarias del Congreso.
