Cada día, unos 3.000 trabajadores de la Zona Franca Saret utilizan el puente peatonal para cruzar la autopista General Cañas. Sin embargo, no es fácil encontrar quién se sienta seguro durante el trayecto.
La razón es que el puente es “potencialmente peligroso”.
Así lo señaló un informe de la Dirección de Auditoría Interna del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), fechado el 28 de marzo.
Gran corrosión, fuertes vibraciones, daños en vigas y escaleras; apoyos en mal estado y la falta de rampas para personas con discapacidad, justifican el resultado ‘negativo’ del estudio.
Esta condición es, al parecer, consecuencia de cinco años sin mantenimiento ni reparaciones para la estructura metálica de 20 metros de longitud.
Rocío Canet, administradora de la Zona Franca Saret, dijo que aunque presentó al Conavi una serie de quejas y preocupaciones acerca del estado del puente, no encontró al responsable de atenderlas.
“Aquí, lo que se trata de evitar es un accidente, un problema futuro y que en algún momento el puente no soporte”, explicó Canet.
No obstante, el paso peatonal se ganó el calificativo de “inseguro” desde que un autobús lo chocó en enero del 2006.
El puente se reparó por última vez al año siguiente, luego de que un camión de la empresa Dos Pinos colisionara y desprendiera una de las escaleras casi por completo.
Posiblemente, la lista de colisiones es más amplia, pero muchos choferes no las reportan
Tras los arreglos del 2007, Canet estima que la estructura se mantuvo en buenas condiciones por los siguientes tres años.
Empero, a mediados del 2011 el deterioro nuevamente se hizo visible y eso la motivó a retomar sus reclamos por ayuda del Estado.
A esta situación se le sumaron los efectos de un nuevo choque, en febrero, por parte de un camión.
“Es una estructura que vale la pena recuperar, pero definitivamente hay que darle un mantenimiento más constante. No pueden pasar tantos años entre una reparación y otra”, exteriorizó la administradora.
Mientras esa atención llega, los empleados de esta zona franca procuran apurar el paso.
A Juan Carlos Mendoza, controlador de inventarios en Saret, le preocupa que la estructura se mueve tanto cuando pasa más de una persona por ahí.
“El metal está herrumbrado y resbaloso, está muy liso y no tiene agarre suficiente”, comentó el trabajador.