Sin saber exactamente para qué, vecinos del residencial Real Santamaría, en Lagunilla de Heredia, vieron pasar enormes dados de concreto y contenedores a pocos metros de los techos de sus casas.
Irene Calvo, cuya vivienda colinda con el plantel de donde surgieron los movimientos, se levantó un día a mediados del 2011 y vio una grúa telescópica que cargaba piezas de construcción de un lado a otro, por encima del residencial.
Desde entonces, dijo, el miedo a que fallen los cálculos del operador de la grúa, el estruendo y el ruido constante de la maquinaria, no la dejan vivir en paz.
La generadora de tales molestias es la empresa Ordocol, que abrió sus oficinas hace cinco años en San Pedro de Montes de Oca, San José, y desde hace aproximadamente un año adquirió un plantel en Lagunilla.
El sitio, en teoría, solo funciona como taller y para el resguardo de equipos y maquinaria.
Según Jeannette Carvajal, apoderada legal de la empresa, uno de los principales servicios que ofrece es el alquiler de equipo pesado (como montacargas y grúas) a empresas públicas y privadas.
Ante las quejas de los habitantes del vecindario, Carvajal aseguró que operan con los permisos correspondientes, pese a ciertas contradicciones entre las entidades que otorgan las autorizaciones.
Inseguridad, exceso de ruido y polvo, paredes que retumban, plagas de zancudos e invasión a la propiedad privada, son los principales reclamos.
“A uno le da miedo que se caigan las cosas porque hasta parece que está temblando”, explicó Gabriela Gutiérrez, vecina del residencial.
Salud constató algunas de las faltas, pero otorgó el permiso de funcionamiento con la promesa de mejoras. Recientemente, la entidad prorrogó por un año más el permiso, que vencía en junio.
Mayela Víquez, directora del Área Rectora de Salud, afirmó que Ordocol ha cumplido con los avances solicitados y, por ello, no suspenderá operaciones.
Salud tomó la decisión aunque la empresa no tiene el estudio de viabilidad ambiental, que debe ser aprobado por la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena).
“Supuestamente, ellos no deben operar; Salud no debería dar el permiso hasta que no tenga viabilidad ambiental”, alegó Fernández.
Por su parte, la Municipalidad de Heredia otorgó la patente por uso de suelo industrial.
Empero, Pablo Córdoba, ingeniero a cargo, aseguró que carecen de permisos de construcción.
Esto último se debe a que Ordocol construyó dentro del plantel sin tener el visto bueno de la Municipalidad. “Ellos ya están dentro de un proceso de demolición. Si al final (de un plazo prorrogable) no presentan el plano, procederíamos a demoler lo que no cuenta con ningún permiso municipal”, explicó el funcionario del Ayuntamiento.