Desde el Vaticano y ante el cuerpo diplomático acreditado allí, Benedicto XVI censuró el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que le exige al Estado costarricense reactivar la fecundación in vitro (FIV) pues la sentencia –dijo el Papa– “redefine arbitrariamente el momento de la concepción y debilita la defensa de la vida prenatal”.
El Santo Padre hizo ayer la crítica a la resolución del máximo tribunal continental durante el pronunciamiento del tradicional discurso de inicio de Año Nuevo.
Fue el pasado 20 de diciembre cuando la Corte Interamericana condenó a Costa Rica a volver a permitir la FIV, luego de comprobar que una sentencia de la Sala IV del año 2000 violentó “derechos humanos fundamentales” de parejas que buscaban tener un hijo por medio de aquella técnica médica.
Ahora el Gobierno y la Asamblea Legislativa deberán crear la legislación para que los habitantes tengan acceso al procedimiento in vitro e, incluso, este deberá estar disponible como tratamiento contra la infertilidad en la Caja Costarricense de Seguro Social.
Razones. De acuerdo con el líder de la Iglesia católica, “en Occidente se encuentran lamentablemente muchos equívocos sobre el significado de los derechos del hombre y los deberes que le están unidos”, leyó ayer en Roma.
De seguido, agregó: “Los derechos se confunden con frecuencia con manifestaciones exacerbadas de autonomía de la persona, que se convierte en autorreferencial, ya no está abierta al encuentro con Dios y con los demás y se repliega sobre ella misma buscando únicamente satisfacer sus propias necesidades”.
La de ayer no fue la primera vez que Benedicto XVI se refiere específicamente a la fecundación in vitro y su discusión aquí.
En mayo del 2012, cuando la presidenta Laura Chinchilla lo visitó de manera oficial, el Papa expresó, en un comunicado de prensa, que el país debía seguir “tutelando la dignidad fundamental del ser humano desde el momento de su concepción”.
Sin embargo, el primer mensaje de oposición lo dio a inicios de este Gobierno, cuando recibió credenciales del actual embajador tico, Fernando Sánchez.