El país no tuvo un alza significativa en el consumo de combustibles durante el 2011, pero eso no se tradujo en un ahorro en la compra.
De hecho, el gasto total en adquisición de hidrocarburos para abastecer la demanda nacional pasó de $1.604 millones en el 2010 a $2.246 millones a finales del 2011.
Esto significó un aumento del 28,5%, según datos proporcionados por la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).
De acuerdo con Jorge Villalobos Clare, presidente de esa empresa, ese incremento en la factura petrolera responde al alza en el barril del petróleo, cuyo precio promedio era $86,50 en el 2010 y al año siguiente se elevó a $118,21.
El aumento en el precio impidió que la estabilidad en el consumo nacional impactara positivamente el gasto.
Tal y como demuestran las compras de Recope, en el 2010 se adquirieron 18,5 millones de barriles, mientras el año pasado la compra fue de 19 millones (con datos reales a noviembre y estimados de diciembre), para un aumento de 500.000 barriles.
Estas compras van dirigidas a satisfacer las necesidades en transporte, que utiliza 12,6 millones de barriles (64%). Le siguen generación eléctrica y transporte aéreo.
Villalobos explicó que esa estabilidad en la necesidad de combustible obedece al impacto de la crisis económica mundial, que ha frenado el crecimiento en el consumo.
Recope proyecta para este año mantener el consumo en 19 millones de barriles. No obstante, por la tendencia al alza en el mercado mundial se prevé que la factura para el 2012 llegue a $2.267 millones. Eso al estimar un precio promedio de $119,31 por barril.
De acuerdo con Villalobos, en el año recién pasado el incremento en el precio del barril en el mercado internacional obedeció, en gran medida, a las manifestaciones populares en los países árabes, que poseen el 60% del crudo del mundo.
“Recuerde que el 90% de los costos de Recope corresponden al precio externo ”, sostuvo.
Otros costos. Hoy se trae crudo de Argelia, gasolina de India, por el canal de Suez; también de África, Colombia, Trinidad y Tobago, Belice, Brasil y Venezuela.
El 60% viene de Houston, Estados Unidos, aunque no se produce ahí, sino que hay trasbordo.
Por ese servicio se paga entre $1 y $2 por barril, y eso significa entre $20 y $40 millones en la factura total, según la Refinadora.
Esto ocurre por la incapacidad de las instalaciones costarricenses para refinar el crudo. La planta solo tiene capacidad para procesar unos 18.000 barriles al día (cerca del 30% del consumo), pero no siempre se refina debido a lo ineficiente del proceso.
Estas carencias generan pérdidas de $30 millones al año.
De acuerdo con el jerarca de Recope, esta situación cambiará positivamente si se concreta el proyecto conjunto con China para aumentar la capacidad de refinación a 60.000 barriles diarios y atender el consumo nacional.
En un informe reciente, la Contraloría General de la República señala deficiencias en la gestión de la Refinadora, que encarecen el precio al consumidor.
Entre estas debilidades, están atrasos en la construcción de tanques para almacenar productos y obras de mejora en los planteles de distribución de carburantes, falta de infraestructura para el procesamiento y transporte.