Si no llueve más de lo previsto, los vecinos de la zona norte estrenarían la nueva carretera entre Vuelta de Kooper de San Carlos y Bajos de Chilamate de Sarapiquí en diciembre del 2014.
Ayer, la presidenta, Laura Chinchilla, y el ministro de Obras Públicas y Transportes, Pedro Castro, firmaron la orden de inicio para que la empresa Sánchez Carvajal construya la obra de 27 kilómetros.
El proyecto, con costo de $52,4 millones, reduce en 60 km el trazado actual entre ambas comunidades, según explicó Alejandro Molina, director de Obras Públicas.
Cuando se concrete la obra, en 24 meses, se facilitará el trasiego de mercancías entre Limón, la zona norte y Guanacaste. Se estima que por esa vía circularían 1.500 contenedores diarios con madera, piña, tubérculos, raíces y fertilizantes, entre otros.
Alfredo Aguilar, de la Zona Económica Exclusiva de la Región Huetar Norte, confirmó que han luchado por este proyecto durante los últimos siete años. Agregó que ahora es vital potenciar el tren de carga en la zona, un parque empresarial y un aeropuerto.
La obra tendrá ocho puentes, seis pasos de alcantarilla y una carretera en asfalto de dos carriles de 3,65 metros de ancho cada uno.
Durante el acto protocolario, la presidenta Chinchilla aprovechó para señalar que los proyectos de infraestructura a veces se estancan por problemas de la legislación vigente.
La mandataria sostiene que “no es racional” que una obra de infraestructura vial se paralice 18 meses por las apelaciones de quienes no ganaron la licitación.
Es por eso que en enero enviaría al Congreso una reforma a la Ley de Contratación Administrativa, con el fin de agilizar trabajos vitales.
“Los detalles no podemos darlos hoy de manera muy desagregada, porque el proyecto no estará sino hasta en el mes de enero. Lo que ya sí tenemos es la identificación de los cuellos de botella que impiden que la obra pública en Costa Rica se haga con mayor agilidad y con mayores estándares desde el punto de vista de calidad e integridad”, dijo Chinchilla desde San Carlos.
Ella pretende que los plazos de la ley sean más expeditos y especialmente cuando se trate de objeciones y apelaciones.
A modo de ejemplo, rememoró que cada vez que viaja a Nicoya, Guanacaste, debe dar la cara por el atraso en la reparación de la carretera de Santa Cruz a Tamarindo. Según alegó, la obra no arranca porque una de las empresas que no ganó el concurso cuestionó que la empresa adjudicataria estaba morosa en el pago de marchamos de sus vehículos.
Según explicó Chinchilla, lo que se pretende es evitar que las constructoras incurran en actos abusivos, con tal de afectar al adjudicatario, cuando no han resultado beneficiadas.
Alegó que ese tipo de atrasos le cuestan millones al país y a las comunidades que dependen de una carretera para sacar su producción o impulsar el turismo.