27/10/2011 En el cantn de Mora, en el centro de Ciudad Colon los vecinos se sienten mas seguros y viven tranquilos /Alonso Tenorio (Alonso tenorio)
La mitad de los costarricenses viven en cantones con niveles de seguridad bajos. Dicha cifra se duplicó desde el 2005, cuando apenas el 28% de las personas se hallaba en esa condición.
Mientras tanto, el 19% de la población que anteriormente vivía en sectores de alta seguridad se redujo a un 5%.
El deterioro en las condiciones de seguridad del país se evidencia en el Atlas de desarrollo humano cantonal de Costa Rica , el cual se divulgó el miércoles.
Se trata de una investigación conjunta entre el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR), y que se elaboró con datos del 2009.
El índice de seguridad ciudadana cantonal (ISCc) toma en cuenta las tasas de homicidio doloso, robo, hurto y violencia de cada sitio.
A partir de ahí se elaboró un ranquin y se clasificaron los cantones para determinar si tenían una seguridad ciudadana alta, media alta, media baja o baja.
Los tres cantones con el mejor índice fueron Mora, León Cortés y Poás. Las peores calificaciones correspondieron a Puntarenas, Garabito y Aguirre.
Curiosamente, ninguno de los cantones con un índice de desarrollo humano alto clasificó a la mayor categoría de seguridad. De los 81 cantones, únicamente siete alcanzaron ese nivel y todos están ubicados en zonas rurales.
Además, varios cantones con un alto índice de desarrollo humano se identificaron como poco seguros.
Mientras tanto, 60 cantones registraron condiciones de seguridad media bajas y bajas.
El ISCc carece de un parámetro que mida la percepción de inseguridad alrededor del país. Sin embargo, una reciente encuesta de la firma Unimer confirmó que el problema que inquieta más a los costarricenses es la inseguridad y la delincuencia.
Mayor énfasis. Según el documento del PNUD, el patrón de deterioro se acentúa en algunos puntos específicos del país.
“Destaca, en el período, el deterioro de la seguridad que se registra en las costas del país, en las fronteras y en la Gran Área Metropolitana”, señala el texto.
Lara Blanco, coordinadora de Desarrollo Humano del PNUD, advirtió que una revisión preliminar de los datos del 2010 sugieren que en el 2008 y el 2009 se vivieron picos de violencia, por lo que la tendencia actual de inseguridad podría ser un poco menor.
Blanco también recalcó que, al formular políticas, las autoridades deben fijarse en el peso de las variables específicas.
El viceministro de Seguridad, Celso Gamboa, dijo desconocer los datos del PNUD, pero explicó que desde mayo se implementa una nueva estrategia de distribución policial que se basa en datos cuantitativos de delincuencia.
“De junio a la fecha hay una reducción significativa en asaltos y robos a viviendas”, aseguró.
Ajustes. Además de medir la seguridad ciudadana por sí sola, la investigación del PNUD incorporó un índice de desarrollo humano ajustado para incluir este factor.
El índice tradicional únicamente mide salud, educación y bienestar material. Al incorporar el elemento de la seguridad, el ranquin cambió radicalmente.
Paraíso, por ejemplo, aumentó 34 posiciones y Jiménez tuvo una mejora de 31 lugares. Mientras tanto, Puntarenas descendió 41 puestos y Esparza cayó 38 posiciones.