Durante los últimos cuarenta años, numerosas empresas mineras han efectuado, al menos, 20 intentos formales por explotar los minerales de Talamanca.
La existencia de esos yacimientos fue confirmada por compañías y organizaciones internacionales que exploraron la zona en la década de los 70.
Esos grupos perforaron más de 11.000 metros de terreno, tomaron casi 4.600 muestras de sedimentos de río y hallaron cobre, plata, zinc, molibdeno y oro.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Instituto de Ciencias Geológicas de Gran Bretaña también analizaron la zona.
Alcoa, de capital estadounidense, fue una de las primeras en intentar extraer cobre en Talamanca. Le siguieron Cooper Range (Australia), Cities Service Oil Co (Citco, EE. UU.), y el consorcio multinacional Samcosa, integrado por la firma suiza Allusuisse, la inglesa Charter Consolidate y la japonesa Mitsubishi.
Rolando Castillo, geólogo con amplia experiencia en minería, explicó que hace 40 años las empresas del sector estaban a la expectativa de la situación política en Chile (país de larga tradición minera), con la llegada al poder de Salvador Allende. Por eso, exploraron otras regiones del mundo, como Costa Rica y Panamá.
Pero, a finales de los 70, la disminución de los precios y la baja demanda internacional del cobre suspendió las exploraciones.
En esa misma época, se creó la Ley Indígena que adjudicó gran parte de los territorios a las comunidades de Talamanca y se creó el parque internacional La Amistad, lo cual complicó el trámite de permisos para explorar en la zona.
En 1987, el Gobierno organizó, con el auspicio del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), la Conferencia Internacional del Oro, en San José, a la cual asistieron numerosas empresas y expertos del sector minero mundial.
Luego, entre 1989 y 1993, la Dirección de Geología y Minas aprobó ocho permisos de exploración minera en Talamanca. Ninguno fue aprobado en el Congreso.
El propio presidente Arias firmó y envió a la Asamblea Legislativa uno de esos permisos, a favor del estadounidense Anthony Worran Cover, el 9 de agosto de 1989.
Otros solicitantes fueron las empresas Minas Blanco S. A. y Sociedad Minera Oceánica, el costarricense Alexis Clausen Zúñiga, la estadounidense Janet Carole Caldwell y el empresario minero canadiense Harry Arvid Hansen, quien pidió, en 1993, autorización para buscar oro, plata y zinc en un área de 19 kilómetros cuadrados en el sector de Telire.
En 1993, la organización Amnistía Internacional advirtió a la Asamblea Legislativa sobre el “uso no autorizado” de los territorios indígenas para minería.
Además, exhortó a los diputados para que no aprobasen ningún permiso sin el consentimiento de las comunidades indígenas de Talamanca.