El nuevo edificio de telecomunicaciones se encareció en $12 millones tras las mejoras que exigió el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) para adaptarlo a sus necesidades.
Esta torre –ubicada en Sabana sur, San José– se diseñó originalmente para albergar 70 oficinas particulares repartidas en 16 pisos y cuatro locales comerciales en la planta baja.
Sin embargo, para acondicionarla a los requerimientos del ICE había que remodelar espacios, incluir acabados, mobiliario y equipamiento.
Así consta en el informe elaborado por la auditoría de la Sociedad Administradora de Fondos de Inversión del Banco de Costa Rica (BCR SAFI), como fiduciaria del inmueble.
La tarea se encomendó a la constructora Van der Laat y Jiménez, sin que mediara un proceso de licitación privada restringida. Esta firma fue la misma que completó la obra gris del edificio, en octubre del 2009.
La contratación directa, sin concurso previo, fue avalada por el gerente de la BCR SAFI en una sesión del comité de inversiones, el 13 de agosto del mismo año.
Para ello se amparó en una disposición de la SAFI que permite “efectuar un proceso de contratación directo de proveedores cuando exista una justificación fundamentada y con el visto bueno del gerente de BCR SAFI”.
Esa justificación incluyó que Van der Laat y Jiménez ya tenía experiencia en este proyecto.
Las remodelaciones concluyeron en el segundo trimestre del 2010 y a finales de junio empezó el traslado de 1.300 empleados del ICE a la torre de telecomunicaciones.
Pese a todas estas mejoras, en los últimos días trascendió que el edificio, con un valor total de $100 millones (incluye financiamiento), presenta problemas con los ascensores, iluminación, seguridad de las puertas y servicios de electricidad y agua potable.
Precisamente, la auditoría de BCR SAFI advirtió en diciembre pasado que el impulsor de este edificio, Copiarte Company, no tiene experiencia en el desarrollo de proyectos inmobiliarios.
Pese a esta condición, ayer el gerente de la SAFI, Álvaro Camacho, sostuvo que Copiarte solo fungió como “vehículo del proyecto” , pero que la construcción y fiscalización de las obras sí correspondieron a empresas reconocidas por el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos.
A título personal, los miembros de la junta directiva de la SAFI, Pablo Ureña y Alcides Calvo, y el fiscal, Jorge Bonilla, indicaron que, “de comprobarse vicios ocultos en la edificación arrendada al ICE” apoyarán las gestiones necesarias para que cada proveedor cumpla a cabalidad con las responsabilidades para las cuales fue contratado.