El Ministerio de Educación Pública (MEP) retrasó por tres años la entrada en vigencia de los nuevos programas de educación sexual que se aplicarán desde preescolar hasta la secundaria.
En marzo del 2008 el Ministerio anunció que los nuevos contenidos y métodos de enseñanza regirían desde el curso del 2009.
No obstante, ahora el MEP anunció que una aplicación parcial de las nuevas metodologías y abordajes se realizará en el año lectivo del 2012.
“El supuesto atraso ha sido por la necesidad de traducir la política vigente en nuevas actividades y la necesidad de preparar a los docentes para esto”, declaró el ministro de Educación, Leonardo Garnier.
Según el funcionario, elaboran un documento conceptual para discutirlo con diferentes sectores, como universidades, organizaciones no gubernamentales, profesores y supervisores, para así definir la forma en que aplicarán las reformas para las clases.
Además, Garnier señaló que se requiere capacitar a los educadores, así como elaborar materiales bibliográficos que les sirvan de apoyo durante las lecciones.
Esto se lleva a cabo durante este año y el próximo.
“En el MEP se imparte educación sexual en diversas asignaturas, siguiendo la Política para la Educación para la Sexualidad que hace varios años aprobó e l Consejo Superior de Educación”, reiteró Garnier.
Sin embargo, esos contenidos versan más sobre aspectos biológicos; es decir, los alumnos aprenden sobre órganos reproductores y enfermedades como el sida.
La nueva propuesta que impulsa el Ministerio incluiría temas que van desde el uso del condón hasta manifestaciones de placer sexual sin llegar a la relación coital, la vida en pareja, por qué se quiere a otra persona y relaciones sociales.
Por ello, es necesario determinar los temas que se verán en cada nivel educativo.
Garnier afirmó que el Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia (Ineina), de la Universidad Nacional, ayuda en la definición de la estrategia para impartir educación sexual desde un nuevo tipo de abordaje. Incluso, dicha entidad recomendó los contenidos.
“Esto no solo requiere la definición de las actividades específicas (en distintos cursos y en actividades extracurriculares) mediante las cuales se lograrán los objetivos de la política de educación sexual, sino que supone intensificar y perfeccionar los procesos de capacitación del personal docente”, agregó Garnier.
El Ministro comentó que no hay intromisión de la Iglesia Católica en la definición de los contenidos y forma de dar las clases.
“No creo que deba haberla”, consideró.