El Consejo Nacional de Concesiones no tiene capacidad para verificar un contrato de concesión de obra pública, los procesos de diseño, ni la construcción de una vía.
Además, esa entidad carece de una estructura técnica “sólida” con ingenieros, economistas y abogados que pueda llevar a buen puerto un proyecto como la carretera San José - Caldera.
Esa es la principal conclusión que emitió Luis Guillermo Loría, coordinador del Programa de Ingeniería de Transporte del Laboratorio Nacional de Modelos y Materiales Estructurales (Lanamme), de la UCR.
Este ingeniero es uno de los responsables de seis informes técnicos del Lanamme, en los que se señalan graves problemas en taludes y rellenos, y la deficiente mezcla asfáltica que se colocó en el tramo Ciudad Colón-Orotina.
Para Loría, es inaudito considerar que el Estado “está aprendiendo” con esta carretera cómo se debe manejar un modelo de concesión.
“Aunque sí hay un proceso de aprendizaje natural dentro de un proceso de ingeniería, no debieron haber ocurrido tantos yerros. Imagínese que los constructores del túnel submarino entre Inglaterra y Francia hubiesen dicho que el proyecto podría desplomarse porque estaban aprendiendo“, respondió Loría a La Nación.
También criticó que fallara el relleno del kilómetro 47 (donde el Estado tuvo que colocar dos puentes bailey ), pues los rellenos son enteramente controlados por el diseñador y sus constructores.
“La ruta 32 (a Guápiles) tiene problemas de caída de material, pero en todos sus años de operación, los rellenos nunca han presentado problemas”, agregó.
El mismo cuestionario que respondió Luis Guillermo Loría (a petición de este medio) se envió también al secretario técnico de Concesiones, Edwin Rodríguez.
Sin embargo, aunque el funcionario recibió las consultas desde el 17 de marzo anterior, hasta ayer no había respondido.