Ortega y Merino coincidieron en la necesidad de hacer todos los esfuerzos para construir unas relaciones respetuosas y solidarias, donde se debe favorecer la cooperación política, económica, cultural y ambiental.
El presidente del Frente Amplio resaltó que tanto en Costa Rica como en Nicaragua hay fuerzas de derecha empeñadas en avivar permanente el conflicto entre los dos países, y que detrás de esas campañas de hostilidad siempre se encuentran los halcones de Estados Unidos.
Merino señaló que el reciente permiso otorgado por la Asamblea Legislativa de Costa Rica para que ingresen al país buques de guerra y marines del ejército de los Estados Unidos, es rechazado por los sectores más conscientes de la sociedad costarricense, por considerarlo una agresión a la soberanía nacional, violatorio de la Constitución Política de Costa Rica, y una amenaza a la paz en la región.
El presidente de Nicaragua expresó que su gobierno trabaja por mejorar sensiblemente las relaciones con Costa Rica. Agregó que tenía confianza en la voluntad expresada por la presidenta Laura Chinchilla de caminar en la misma dirección, y que esperaba que la controversia surgida por los trabajos de dragado del río San Juan, se canalizara respetuosa y positivamente, para hacer del San Juan una frontera de paz.