Limpiar el nombre del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) es la tarea que se dio el director ejecutivo de la institución, José Luis Salas.
Sobre este y otros retos habló en una entrevista con La Nación , el jueves de la semana pasada.
Usted ingresó al Conavi en un contexto muy difícil. ¿Qué significó asumir la cabeza de una institución tan criticada y empantanada en temas como la ‘platina’?
Cuando uno se sienta en una silla de estas nunca piensa que va a haber este tipo de situaciones. Yo llegué aquí un 2 de mayo y el asunto de la trocha empezó el 4 de mayo; es decir, dos días después.
”Uno se encuentra aquí una institución que ha sido injustamente tratada. Si me habla del hundimiento, en menos tiempo de lo que cualquiera hubiera estimado, nosotros resolvimos el paso y la transitabilidad sobre esa ruta, y eso debe de ser reconocido así.
Sin embargo, estamos hablando de un problema previsible del cual incluso hubo advertencias.
¿En la casa suya alguna vez apareció una gotera? Hay sucesos que ocurren por más que usted se afane y haga esfuerzos. Recordemos que la carretera es una vía de acceso que pasa por un cantón que es el responsable del mantenimiento de ríos, quebradas y alcantarillas, etc.
También ha habido quejas por la vía entre Cañas y Liberia. ¿Cómo recibe esas críticas?
Obviamente que con un sinsabor importante porque las cosas, me parecen, tenían un objetivo diferente. En realidad no hay planos incompletos. ¿Cómo va haberlos si hay de por medio una entidad financiera mundial, la cual aprueba el préstamo y diseño? Es un proyecto de $100 millones.
”Lo que sí hubo, y eso no se dice ni reconoce, fueron cabildos abiertos en Liberia y Bagaces, mediante los cuales hemos venido recogiendo criterios de comités y gobiernos locales”.
Cuando usted asumió el puesto, hubo cuestionamientos sobre su conocimiento en temas viales. ¿Se siente preparado y equipado para lo que enfrenta hoy en el Conavi?
Yo creo que el conocimiento de una persona no se mide en su especialidad. Soy ingeniero civil, tengo algunas maestrías, en plural, sobre todo en gerencia, y yo lo que estoy haciendo aquí es de gerente.
”No estoy preocupado con lo técnico; para eso hay ingenieros especializados y capacitados que son los verdaderos expertos. Lo que a mí me toca es ser el director de una orquesta, yo no toco los instrumentos, ni los afino, eso lo hacen ellos”.
¿Qué aspecto más le ha costado asumir?
El poder dar una respuesta oportuna a los proyectos en medio de tantas restricciones y problemas que no necesariamente vienen desde adentro de la institución. Por ejemplo, en el tema de expropiaciones. Cuando queremos hacer una carretera, tenemos que pasar por la expropiación y el mar de regulaciones, procesos y encontronazos, y eso atrasa los proyectos.
”Luego está el tema de las apelaciones. Es tremendamente pernicioso y dañino que haya tanta apelación. Tenemos que tomar una decisión como país porque el interés de una persona no puede estar por encima del interés colectivo.
”La tercera situación es que necesito tener la capacidad de nombrar unidades ejecutoras que lleven a cabo los contratos; por ejemplo, con los créditos con el BID, el BCIE y el potencial contrato con la República de China. No puedo tener cinco veces el presupuesto con los mismos recursos humanos”.
¿Está intervenido el Conavi?
Depende de cómo usted quiera entender la palabra intervención. Si la intervención viene de gente de fuera, no está intervenido. La presidencia de la República ha sido reiterativa en decir que hubo cambios. A partir de ese momento, la gran pregunta es si las cosas se están haciendo de la misma forma o se están haciendo diferente, y esa pregunta nadie se la ha planteado.
¿Y se hacen diferente?
Sí hay cambios y prueba de eso se ve en las noticias de prensa, radio y televisión con una evolución positiva en la imagen del Conavi, a pesar de estar en un momento convulso.
El Consejo ha tenido un protagonismo reciente en medios. ¿Ha solapado de alguna forma a la figura del MOPT?
Creo que hay una concepción errada sobre lo que es el Ministerio y lo que es el Consejo. No podemos olvidar que el Conavi es el brazo ejecutor del MOPT. No es que esté tomando una figura diferente; por el lo contrario, el Ministerio se está viendo engrandecido en función de la respuesta del Conavi.
En muchos sentidos, usted tiene más proyección que el propio ministro interino. ¿Le ha tocado asumirlo así?
Hemos tenido que enfrentar como institución un mar tormentoso y con toda esta coyuntura el director del Conavi ha tenido que dar la cara y salir al paso para decir por dónde se va y qué se está haciendo. Ha tocado, en suerte o no, ser el defensor de una institución por lo demás estratégica, valiosa e imprescindible para este país.
La rejilla de la “platina” costó $4 millones y la reparación propuesta ronda los $6 millones. Se habla de que un puente nuevo cuesta $15 millones. ¿Vale la pena hacer tantos arreglos tan costosos?
Es una pregunta para la cual no tengo una repuesta porque es anterior a mi participación. Lo que sí puedo decirle es que no podemos salir a la calle a resolver algo sin tener un objetivo previsto y en materia de la ruta General Cañas, todo el trabajo debe ser en función de mantener la ruta transitable.
”Hemos establecido una solución para reforzar el puente, rehabilitarlo por completo. Esperamos estar iniciando en los próximos tres meses para que a finales del 2013 tengamos un puente rehabilitado de 30 o más años”.
¿Cómo limpiar imagen de un Conavi desvirtuado?
De una sola forma: haciendo. Cuando sucedió el hundimiento en la General Cañas, mucha gente opinó. Hoy el avance del proyecto nos permite decir que vamos a terminar a finales de noviembre, un mes antes de tiempo y todos los que dudaron en algún momento van tener que aceptar que se equivocaron.
Si se limpia la imagen haciendo, entonces, ¿esta se mancilló porque no se estaba haciendo?
El daño a la imagen tiene varias aristas. En primer lugar, la sociedad y, por qué no decirlo, la prensa se ha fijado más en el punto negro que en la pared blanca. Número dos, me parece que la gente se ha vuelto impaciente; quiere que se resuelva todo para mañana. El Conavi es como un niño que está creciendo y hay que permitirle eso. No estamos hablando de Conavi como fin en sí mismo, sino como entidad que le da desarrollo a este país.