Japdeva no tiene dinero para reparar la grúa pórtica, tampoco para comprar una lancha nueva que le urge y menos para cumplir con los seguros de la maquinaria y pagar el salario escolar del 2012.
La encargada de administrar los puertos de Limón y Moín enfrenta el segundo semestre del 2011 con números en rojo y prevé que cerrará el año con un déficit de ¢4.095 millones.
La entidad está al borde de la crisis y así lo reconoció la semana pasada Allan Hidalgo, presidente ejecutivo de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva).
Las razones de tal situación son muchas, pero entre ellas resulta que el 80% de los ingresos proyectados para este año (¢28.137 millones) se invertirán en el pago de salarios y de la convención colectiva, así como en costos administrativos.
A esto se suma la caída en el precio del dólar, que afecta directamente las tarifas de la Junta Portuaria. Para el 25 de julio del año pasado el dólar se cotizaba en ¢525 y en un año bajó a ¢510.
Por último, las tarifas de la entidad no se ajustan desde el 2003, entre otras cosas porque el Gobierno le apostó a la concesión de los puertos, sin darle sostenibilidad al modelo actual.
Lo único que no ha bajado es el promedio de contenedores movilizados, que se mantiene en un millón de unidades por año.
De ese gran total, ¢1.336 millones corresponden al pago del salario escolar del próximo año, que se cancela en enero y que exige una previsión con recursos del 2011.
Tampoco habrá ¢125 millones para pagar el canon a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), la membrecía a la Comisión Centroamericana de Transporte Marítimo (Concatram) y las transferencias de Gobierno.
Además, faltan ¢465 millones para pagar el crédito con el que se levantó el muelle taiwanés y los seguros de la maquinaria portuaria.
Los $2.170 millones que faltan corresponden a “inversiones urgentes” en maquinaria.
Por ejemplo, la Contraloría General de la República no refrendó el contrato de 3 millones de euros para reparar la vetusta grúa pórtica, que está varada desde el 2008.
Tampoco habrá $1 millón para comprar una lancha para el transporte del especialista (práctico) del muelle a la bahía, pues todas las naves propias están descompuestas.
Hoy, Japdeva le alquila una lancha en $700 diarios a la firma chilena SAAM, concesionaria de remolcadores en Caldera, Puntarenas.
Francisco Jiménez, ministro de Transportes, sostiene que la crisis no se resolverá con un aumento en las tarifas, que depende de una apelación en la Aresep.
El jerarca sostiene que la entidad debe sufrir recortes de planilla (de al menos 510 puestos), de los 1.400 activos.
Sin embargo, Sintrajap, el sindicato interno, rechaza la movilización de personal y apuesta a que el Gobierno Central inyecte recursos a Japdeva, para modernizarla.
En un escenario más pesimista, Allan Hidalgo insiste en que si no se recortan plazas y se elevan las tarifas, el 2012 “será peor”. No descarta que haya problemas para atender los barcos cuando se dañan los viejos equipos portuarios.