El paso para camiones pesados por la carretera Interamericana Sur, a la altura de Casamata de El Guarco, Cartago, se mantendrá cerrado por lo menos en los siguientes tres meses.
Un gran hundimiento de 60 metros de largo en el kilómetro 40 de esa ruta destruyó un carril de la vía desde el pasado 20 de octubre y no permite el paso.
Marco Rojas, jefe de conservación del Conavi, dijo que la inestabilidad del camino y lo angosto no permiten el paso de vehículos pesados. Rojas explicó que el objetivo es abrir la carretera solo para carros livianos a principios de la próxima semana.
Mientras tanto, los camiones pesados deberán usar la vía a Caldera y luego la Costanera Sur para transitar desde San José hasta el sur del país.
Cuadrillas del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) trabajan en la zona; sin embargo, las obras para la recuperación total del paso tardarían al menos tres meses.
“En esta zona se perdió el ancho de la calzada pues se presentó una falla de la carretera y se perdió completamente un carril, solo quedó uno”, añadió Rojas.
La carretera en el sector de Casamata colapsó luego de que en el mes de octubre el país sufriera un temporal que se mantuvo 12 días consecutivos.
César Quirós, director de la Policía de Tránsito, manifestó que a lo largo de la vía a Caldera y la Costanera Sur se reforzará la presencia de efectivos, debido al incremento del paso de camiones pesados.
Al mismo tiempo, Quirós anunció que justo en el punto de Casamata también habrá presencia de la Policía de Tránsito.
Aceptó que usar las rutas alternas aumenta el tiempo y la cantidad de kilómetros que se transitan; no obstante, las condiciones de esas vías son más favorables que la que tiene hoy la Interamericana Sur, afirmó Reyna.
El representante de Canatrac añadió que las más afectadas son las compañías que tienen camiones de rutas que llegan a las zonas donde el paso está cerrado.
Al mismo tiempo, los autobuses deben continuar con el transbordo de pasajeros justo en el punto donde está el hundimiento, pues no pueden cambiar de vía.
Según explicaron en el Conavi, este situación se mantendrá pues solo vehículos livianos podrán transitar por esa carretera.
Para ello se colocan anclajes en el terreno que sostienen el carril protegido.
Por otro lado, se coloca la base para ubicar pilotes que permitan crear un muro y luego rellenar con material similar al lastre para recuperar el segundo carril.
El costo de los trabajos totales, según dijo Rojas, asciende a ¢300 millones.
Ese dinero proviene del presupuesto de emergencias que mantiene el Conavi.
Rojas agregó que, si el tiempo lo permite, los trabajos podrían estar listos antes de tres meses.