Habitantes de la reserva indígena Bribri encontraron evidencias de una exploración minera clandestina, realizada hace menos de un mes, en las montañas de Talamanca, Limón.
Los indicios fueron descubiertos por expedicionarios de la Asociación de Desarrollo de la Reserva Indígena Bribri–Talamanca (Aditibri) y la Policía de la zona en el cerro Sukut, al sureste de la cordillera. Ese sitio es reconocido en el gremio minero como un rico depósito de oro y cobre.
Quienes realizaron la exploración ilegal tomaron muestras de rocas con máquinas perforadoras de punta de diamante.
Además, deforestaron un área para permitir el aterrizaje de helicópteros, instalaron un campamento y abrieron senderos hacia un enorme peñasco del que obtuvieron los fragmentos de roca.
Esas muestras luego son usadas para evaluar la presencia de metales en el suelo del lugar.
Estos hallazgos constan en fotografías que un grupo de miembros de la Asociación, encabezados por su presidente, José Páez, mostraron a
Investigaciones preliminares, elaboradas en las décadas de los 70 y 80, revelaron que el Sukut tiene un alto potencial minero. La explotación en el cerro ha sido pretendida por varias empresas.
Desde 1977 los terrenos son propiedad de Aditibri, la cual se opone a la actividad minera.
El Sukut es una zona de muy difícil acceso. Está ubicado a casi 2.400 metros sobre el nivel del mar y no existen caminos para llegar allí, solo senderos indígenas. En la zona nacen los ríos que riegan Baja Talamanca, donde habita la mayoría de la población Bribri.
La Asociación envió una primera exploración con ocho personas, la cual confirmó que había una zona de aterrizaje. Entre el 24 y el 27 de mayo enviaron una segunda expedición con equipo fotográfico. Viajaron siete indígenas y tres policías facilitados por la delegación de la Fuerza Pública en Bribri.
El grupo encontró las evidencias de la exploración en una zona donde se instaló un campamento con literas elaboradas con estacas.
Entre otras cosas, los expedicionarios hallaron una fragmento de roca cortado en forma de cilindro.
Al observar las fotografías, Rolando Castillo, geólogo y exdirector de minería de la extinta Corporación Costarricense de Desarrollo (Codesa), explicó que esa roca “es un núcleo que se emplea como muestra para analizar química y mineralógicamente una roca perforada en proyectos mineros”.
De esa manera, se determina qué cantidad de minerales como el oro y el cobre pueden ser explotados en el lugar investigado.
Para obtener esos fragmentos, explicó, se utiliza una perforadora de corona de diamante, las cuales pueden ser portátiles.
Las muestras fueron hechas mediante perforaciones en un peñasco manchado con colores.
“Este tipo de alteraciones son las que, en conjunto con otras manifestaciones, como por ejemplo vetas de cuarzo u otro tipo de mineralización, se buscan en labores de exploración minera”, dijo Castillo.
También encontraron perforaciones en cuatro puntos alrededor del peñasco y árboles identificados con cintas plásticas de colores.
La Dirección de Geología y Minas del Minaet podría hacer una investigación. Los indígenas confirmaron que llevarán el caso ante el Gobierno en los próximos días.
El 8 de mayo, la presidenta Laura Chinchilla ordenó suspender la emisión de nuevos permisos de minería metálica a cielo abierto.