El “papá” ICE, aquel que resolvía las necesidades de telefonía aunque los números dieran en rojo, se extingue con la apertura del mercado de telecomunicaciones.
La empresa estatal delegó en el Fondo Nacional de Telecomunicaciones (Fonatel) las solicitudes de telefonía fija de 191 pueblitos de zonas pobres y alejadas donde no le es rentable invertir.
Esta es una primera señal del nuevo escenario en que se mueve el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), ahora en competencia, reconoció su presidente ejecutivo Teófilo de la Torre.
“Es un ICE que acata la legislación y la legislación le dice: ‘Usted haga los proyectos que son rentables. Los que no son rentables, usted ICE, contribuya con un 1,5% de sus ingresos a Fonatel para que este haga la tarea’”, manifestó.
Ciertamente, las necesidades de estas comunidades ahora deberán atenderse con recursos del Fondo Nacional de Telecomunicaciones (Fonatel) que a hoy alcanza los $190 millones, aunque con carencias para su ejecución.
De esto no tienen ni la menor idea la mayoría de vecinos de esas comunidades que siguen esperando a que el Instituto –su única referencia– les resuelva.
En algunos de esos caseríos, la espera por una línea telefónica fija alcanza la mayoría de edad. Tal es el caso de La Piedra de Rivas de Pérez Zeledón, donde los vecinos desde 1994 vieron llegar el primer cableado por donde vendría las comunicaciones.
Aquella primera señal los ilusionó. Levantaron una lista de los interesados en poner teléfono y luego hasta recibieron un papel con el número telefónico que les sería asignado, pero el servicio no llegó.
En diciembre anterior un voto de la Sala Constitucional le ordenó al ICE presentar a Fonatel un plan para atender los requerimientos de Cultivez de Siquirres (Limón) con más de 10 años de esperar.
De acuerdo con Carlos Raúl Gutiérrez, presidente del Consejo de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) –encargada de administrar los recursos de Fonatel– el Instituto amplió la lista e incluyó el servicio de Internet.
El documento firmado por José Luis Navarro, director de Relaciones Regulatorias del ICE, describe las localidades como “de mayor vulnerabilidad social, situadas en sitios remotos, de difícil acceso geográfico y no cuentan con red”.
¿Qué sigue? La solución para estas comunidades no parece cercana.
Fonatel debe convertir esas necesidades en proyectos y sacarlos a concurso público o encargárselos al Instituto u otra empresa.
Sin embargo, a hoy, Fonatel carece de una estructura administrativa para tramitar esas iniciativas.
La Sutel contrató un fideicomiso con el Banco Nacional para que administre el fondo. A su vez, el fideicomiso debe buscar una unidad ejecutora que elabore y saque a concurso los proyectos. El cartel para contratar ese brazo ejecutor aún no se ha publicado.
En entrevista con La Nación, el presidente de la Sutel, Carlos Raúl Gutiérrez, reconoció que tienen recursos, pero los proyectos por financiar están “atrasadísimos” .
Por su lado, De la Torre señaló que el ICE tiene tres años trasladándole los recursos a Fonatel, no los ha usado y las comunidades se van acumulando. Algunos pueblos, agregó, el Instituto les ha seguido solucionando sus problemas aunque no son rentables.