Los hogares, comercios e industrias pueden ahora producir electricidad para su consumo y colocar los sobrantes en el sistema de distribución del país.
Esta oportunidad surge de un plan piloto sobre generación eléctrica distribuida que impulsan el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y el Ministerio de Ambiente y Energía.
La meta del ICE es obtener 5 megavatios (MW) de capacidad instalada con generadoras a base de viento, agua, luz solar y biomasa (desechos) de todo el país.
Para lograr la meta, se espera que en el futuro participen, además de los abonados del ICE, usuarios de otras distribuidoras.
Hoy, el sistema eléctrico nacional tiene 2.543 MW de capacidad instalada.
Quienes se involucren podrán disminuir su factura y en ocasiones aportar energía a la red.
La generación distribuida tiene la particularidad de que se conecta de la casa o empresa al sistema eléctrico del proveedor del servicio, en este caso el ICE.
Así, cuando un cliente produce más electricidad de la que necesita, los sobrantes pasan al sistema de distribución del Instituto para que otros los aprovechen.
Por el contrario, cuando su consumo supera la generación propia, satisface el faltante con la electricidad que le provee el ICE.
Gilberto de la Cruz, director de Planificación Eléctrica del Instituto, explicó que quienes participen en el plan piloto tendrán como límite de generación su propia demanda eléctrica promedio.
Si un hogar consume 500 kilovatios hora al mes (kW/h), no podrán generar más de eso.
Se estima que solo los clientes residenciales aportarían 1 MW.
La Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) ya está impulsando un plan de generación distribuida para sus clientes. Se espera que otras distribuidoras se sumen.
Si es alguien que apenas va a empezar, deberá completar los formularios, buscar al proveedor del equipo y hacer la instalación.
Luego, debe informar al ICE para que le hagan una inspección y lo conecten a la red de distribución.
Todos los gastos en equipos e instalación los cubre el interesado. El ICE solo asesorará en la instalación de los equipos y colocará un medidor bidireccional.
Esos medidores miden la energía que la pequeña planta entrega a la red y que el sistema eléctrico nacional le suministra al cliente. Al final de cada mes, se hace una equiparación entre ambos sistemas y se aplica a la factura.
El Instituto hace una liquidación anual de todos los recibos.
De la Cruz enfatizó que la entidad no pagará por los sobrantes de energía entregados a la red, pues el plan no tiene un fin comercial.
“Lo que queremos es incentivar a los clientes que lo deseen a instalar centros de producción renovable para su autoconsumo”, agregó.
En el país ya existen iniciativas de generación con pequeñas turbinas de viento, paneles solares, caídas de agua y desechos. Ahora, podrán conectarse a la red del ICE.
Esta iniciativa se enmarca en las políticas del país sobre generación de electricidad a partir de fuentes renovables y la meta de convertirse en la primera nación carbono neutral en el año 2021.
También es una especie de ensayo sobre producción para autoconsumo, incluida en el plan de apertura del mercado eléctrico.