José Luis Castillo, secretario de Finanzas del sindicato, dijo, durante la presentación de su informe, que Douglas Brenes, quien aspiraba a la secretaría general, tomó de las arcas del sindicato ¢55 millones, de los cuales nunca dio justificación de gasto.
Brenes, quien se encontraba en medio de los asambleístas, se levantó de su asiento y se fue directo a la mesa principal a refutar las afirmaciones de Castillo.
De inmediato, simpatizantes de ambos bandos se abalanzaron hacia el podio e intercambiaron insultos y hasta forcejeos. Al menos 30 personas participaron del alboroto, que se extendió varios minutos.
La situación llegó al punto de que simpatizantes de Ronaldo Blear, secretario general reelecto, hicieron una “barrera humana” para evitar el avance de Brenes hacia la mesa.
Al momento, Blear tomó la palabra y dijo a Brenes y compañía que no le recibiría ninguna documentación para el descargo.
Pese a eso, Brenes no perdió oportunidad cuando se concedió la palabra a quien se quisiera oponer al informe financiero de Castillo.
“Sí usamos ¢54 millones mientras estuvimos al frente del sindicato (Brenes dirigió la agrupación por casi siete meses), pero fue para pagar salarios, recibos de agua, arreglo de instalaciones y otros”, afirmó ante los asambleístas mientras levantaba una carpeta que contenía facturas y un estado financiero contable.
También agregó: “Nosotros (el grupo opositor) no sabemos dónde están ¢350 millones del sindicato... (en la cúpula actual) solo alegan que se perdieron los libros (contables)”.
Entre los aturdidos estuvo la defensora de los Habitantes, Ofelia Taitelbaum.
Además del susto, la Defensora tuvo que ser “advertida” por partidarios cercanos a Blear de que la situación era “normal”. Lo mismo se le dijo a la prensa.
Esa no fue la única bombeta que estalló ayer pues en el momento de la victoria de Blear hubo una seguidilla de detonaciones.