El curso lectivo comenzó ayer marcado por un pleito entre el ministro de Educación, Leonardo Garnier, y empresarios de productos alimenticios.
El detonante fue una demanda planteada por la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (Cacia), Jacks y la Corporación Oviedo Álvarez S. A.
Estas empresas acudieron al Tribunal Contencioso Administrativo para que, como medida cautelar, frene la aplicación del nuevo reglamento de sodas escolares, que rige para este curso.
Dicha normativa prohíbe vender en escuelas y colegios productos con exceso de grasa, azúcar y sal, así como gaseosas.
“Es una actitud de hombres de negocios que defienden sus intereses más que de un empresario”, dijo Garnier en su discurso de inauguración del curso lectivo ayer, en el Liceo Joaquín Gutiérrez Mangel, en San Rafael Arriba de Desamparados, San José.
Insistió en que la restricción busca reducir el sobrepeso y obesidad entre niños y jóvenes, que ahora afecta a cerca del 20% de esa población.
“Eso me entristece, me enoja y me da verguenza, que gente que me ha dicho que lo principal es la responsabilidad social de la empresa, la salud de los niños y la educación, ahora pongan un recurso y (soliciten) una medida cautelar”, agregó Garnier.
Mientras el ministro daba el discurso, la mayoría de escuelas y liceos abrió sus puertas con normalidad.
“El problema de fondo no es el objetivo ni el espíritu de la propuesta, es como se escribió el decreto, que comete una gran cantidad de errores técnicos y jurídicos”, dijo.
Por su parte, la presidenta Laura Chinchilla reiteró el respaldo a la medida, y lamentó que grupos de interés impugnen decisiones en áreas que el Gobierno considera importantes.
“Yo le decía a don Leonardo, bueno, que si no quieren un decreto entonces que hagamos una ley. Le decimos a los diputados que nos ayuden a pasar una ley”, afirmó Chinchilla en Desamparados.
Mientras, varios concesionarios aseguraron ayer que abrieron las sodas sin ofrecer gaseosas, galletas con rellenos o comida con mucha grasa, pero cruzan los dedos para que se frene el decreto.
“Si la restricción de venta en la soda es muy fuerte, será prácticamente imposible atenderla”, comentó Dennia Chavarría Hernández, de la Escuela Primo Vargas de Orotina, Alajuela.
Melani Valverde, de noveno año del Liceo Carlos Pascua, en San Rafael, Heredia, se quejó de que no pudo encontrar variedad de productos en la soda.
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