En los últimos 12 meses uno de los puestos de atraque de puerto Caldera perdió 70 centímetros de profundidad, lo que limita la capacidad del muelle para atender barcos graneleros y de contenedores.
Además, en ese mismo puesto se formó una especie de duna en el fondo marino que redujo en 60 metros el espacio para atracar.
Si antes esa posición tenía 200 metros de longitud, ahora solo cuenta con 140 metros, lo que obliga a los grandes barcos graneleros (hasta de 210 m de eslora) a invadir el segundo puesto de atraque.
Aunque el muelle está diseñado para tres puestos de atraque, el problema de la duna y la pérdida de profundidad solo permiten la atención de dos barcos de manera simultánea.
Estos inconvenientes fueron denunciados el jueves de esta semana por la Cámara de Armadores y Agentes de Vapores (NAVE).
Su presidente, Tony Souto, dijo que ya solicitó una reunión con el ministro de Transportes, Francisco Jiménez, para definir acciones “urgentes”.
Según explicó, la falta de profundidad del puesto 1 obliga a las navieras a reducir la carga de sus barcos y eso encarece los costos de importación y exportación.
Por último, como en la mayoría de los casos solo se pueden atender dos naves a la vez, los tiempos de espera en bahía aumentaron.
Por escrito. El 6 de setiembre la Sociedad Portuaria y Granelera de Caldera (concesionaria del muelle) emitió un comunicado con los nuevos calados permitidos.
Por ejemplo, las naves portacontenedores deben entrar a puerto con una carga que no lo haga hundirse más de 9,7 metros (m) y los graneleros 10 metros.
Según explicó Souto, en 12 meses el calado del puesto 1 se redujo 70 centímetros, de 10,7 m a 10 m.
Para Ricardo Ospina, gerente de la concesionaria, la situación no representa un “problema” y aseguró que solo se trata de un ajuste de los calados máximos permitidos.
Aún así, aceptó que el puerto experimenta un fuerte incremento en la sedimentación que los obligará a adelantar el dragado de mantenimiento previsto para el 2013.
Según explicó, estaba programado que el puerto tuviera dragados de mantenimiento cada cuatro años y el último fue en el 2009.
Ospina aseguró que ya están buscando cotizaciones con firmas holandesas y belgas para que el dragado arranque en los próximos cuatro meses. La obra costará entre $5 millones y $6 millones.
Urías Ugalde, presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (Incop), alegó que los problemas de sedimentación son provocados por anomalías en las marejadas y el deterioro del rompeolas.
El morro (o punta del rompeolas) se dañó por las fuertes corrientes y su reparación le costará al Incop ¢100 millones.
Ugalde aseguró que ya están canalizando recursos para esta obra.
También es necesario ampliar en 70 metros la longitud del rompeolas, para reducir el ingreso de sedimentos al puerto. La obra le costaría al Estado entre $5 millones y $7 millones, pero no estará lista en menos de dos años.