La economía en Fraijanes y los pueblos cercanos a Cariblanco, en Alajuela, se han levantado con recursos propios, y ahora vive una segunda oportunidad.
El turismo, la floricultura y la agricultura son las principales fuentes de empleo.
Estas actividades se estancaron luego del terremoto de 6,8 grados, con epicentro en Cinchona, el 8 de enero del 2009.
“Somos una de las principales fuentes de empleo en este lugar, no recibimos ninguna ayuda del Gobierno y hasta ahorita vamos saliendo adelante”, dijo Reiner Herrera, administrador de la empresa American Flower Corp.
Según Herrera, ese inicio del 2009 fue “definitivamente para no olvidar y aprender”.
“El terremoto nos dañó calderas (sistemas de combustión) y nos modificó las salidas de las aguas de la finca. Y, luego, un tornado nos tiró al suelo cerca del 50% de los invernaderos”, resumió Herrera.
Debido a estas circunstancias, esa empresa se vio obligada a recortar su planilla.
Para arriba. Dos años más tarde, en el 2011, el turismo repuntó allí.
Los restaurantes, centros de recreos y las ventas de artesanías se levantaron con esfuerzo y recursos de sus propios dueños.
“Tocamos puertas y no se abrieron. A pesar de eso, no nos quedamos de brazos cruzados y con una parte del local dañado salimos adelante. Gracias a Dios, hoy el cuento es diferente”, manifestó Freddy Vargas, propietario del restaurante Freddo Fresas.
Una encuesta de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur) entre empresarios de Fraijanes y cercanías, indicó en el 2010 que la actividad cayó un 55% por el sismo.
“Todavía no terminamos de levantarnos. A finales del año anterior, levantamos cerca de un 80% la visitación turística”, declaró Isabel Vargas, presidenta de la Cámara de Turismo y Comercio de la Región del Volcán Poás.