Los colegios ubicados en las regiones educativas de Aguirre, Puriscal y Guápiles reportan un fuerte incremento en el porcentaje de estudiantes que abandonaron las aulas durante los primeros seis meses de este año.
El caso más grave es el de Aguirre, que también incluye liceos de Parrita y Garabito (Puntarenas). Ahí, la deserción es de 12,73% (casi tres veces mayor a la media nacional). En el 2009 fue de 6,75%.
En Guápiles (Pococí y Guácimo) el abandono de las aulas es del 7,01% y, en Puriscal (incluye Mora y Turrubares), de 8,88%.
Leonardo Garnier, ministro de Educación, anunció ayer que en un mes tendrá listo un diagnóstico para identificar las razones que llevan a los alumnos a dejar los colegios de esas zonas, y así definir medidas específicas.
Además, Garnier sumó la región de Desamparados para ese análisis, pues ahí no ha bajado la deserción (5,49% este año).
“En esas regiones no hemos reducido el abandono del colegio en tres años, mientras que en las otras 23 regiones sí. La pregunta es por qué ahí los programas no funcionan”, indicó Garnier.
Esas estrategias son las becas Avancemos, repetir solo las materias reprobadas y cursar las otras del nivel superior, no reprobar por conducta, y los programas de arte y deportes, entre otros.
Un panorama diferente tienen los liceos de Turrialba y Heredia, con la deserción más baja (1,77% y 2,69%, respectivamente).
Y ¿el país? El nivel de deserción nacional repuntó tras una disminución registrada durante tres años consecutivos, empujado por lo ocurrido en aquellos cantones.
Mientras que en el primer semestre del 2009 no regresó a los salones de clase del país el 4,6% (14.799 alumnos) de los colegiales matriculados, este año no volvió el 4,88% (15.599).
Las personas que no concluyen la secundaria tienen mucha probabilidad de enfrentar problemas económicos en el futuro.
Según el Estado de la nación, el 43% de quienes carecen de alguna instrucción son pobres.
Además, trabajadores con estudios universitarios reciben más del doble de salario que quienes solo tienen bachillerato, y más de tres veces de quienes solo tienen el título de primaria en el currículo.
Aunque los datos no están aún segregados, Garnier dijo que la mayor deserción se da en sétimo año.
Francisco González, vicerrector académico de la Universidad Nacional (UNA), abogó por atacar este problema de forma integral.
“Cada colegio debe elaborar su propio proyecto educativo que identifique puntos críticos”, dijo.