Los descuidos de los padres de familia exponen a los escolares al riesgo de sufrir accidentes de tránsito todos los días.
No caminar por las aceras –cuando existen–, llevar al menor del lado de la carretera, no usar los puentes y semáforos peatonales para cruzar o enviar a sus hijos solos hasta la escuela son algunos de esos descuidos peligrosos.
Especialistas del Consejo de Seguridad Vial (Cosevi) lanzaron ayer un llamado a los adultos para que aumenten la precaución al acompañar a los menores.
Zeneida Rodríguez Rojas, encargada del programa Centros Educativos Seguros, del Cosevi, advirtió que “algunas veces los padres son el peor enemigo de la seguridad vial”.
“Lo más grave son los adultos que piensan que a ellos o sus hijos nunca les va a suceder un accidente”, agregó la funcionaria.
César Quirós, separado ayer del cargo de director de la Policía de Tránsito, anunció días atrás que a partir del 8 de febrero, cuando se inicien las clases, 160 oficiales vigilaran 80 escuelas consideradas de alto riesgo.
Parte del trabajo de esos policías es evitar ese tipo de imprudencias y, al mismo tiempo, educar a los mayores y a los niños.
El problema es que los menores copian las acciones de sus padres y, en la mayoría de los casos, estos no cruzan en las zonas correctas y los niños seguirán el mismo patrón, dijo Zeneida Rodríguez.
La situación se repite con los padres que contratan transporte privado para enviar a sus hijos a los diferentes lugares de aprendizaje.
Por ejemplo, no supervisan el buen estado de los microbuses que contratan, que cuenten con cinturones de seguridad y tengan la revisión técnica al día.
Susana Ureña, psicóloga del área de Investigación del Cosevi, recalcó que muchos adultos no prestan atención a esos detalles, que en caso de accidente marcan diferencia entre la vida y la muerte.
“Muchas veces porque es más barata y por no tener tiempo para llevarlos a la escuela no se fijan en esos detalles, que son muy importantes”, comentó.
Los adultos deben entender que los menores de 6 a 12 años de edad tienen dificultades para acatar instrucciones y normas, advirtió.
Silvia Bolaños, directora del Cosevi, señaló que es vital que los centros educativos cuenten con mallas que eviten que los niños salgan directo hacia la calle, que existan aceras y zonas peatonales. Pero los recursos son insuficientes, aceptó.
Como medida alterna, ese Consejo evalúa colocar cámaras de vigilancia en cinco escuelas la próxima semana y llegar a 35 a lo largo del curso lectivo, aunque no son suficientes para cuidar a los niños.
En el cantón de Pococí, Limón, alrededor del 70% de los estudiantes llegan a la escuela en bicicleta, sin que existan ciclovías.
Por parte del Cosevi, se inició la entrega de dispositivos reflectantes en ese cantón y en nueve más, considerados de riesgo por el alto tránsito frente a las escuelas.
Además, existe una campaña del Cosevi que pretende la entrega de 18.000 capas reflectantes a estudiantes en diferentes zonas.
Asimismo, el Cosevi coordina con la Policía del Tránsito, el Consejo de Transporte Público (CTP) y la empresa Riteve SyC para revisar los microbuses y buses que brindan el servicio de transporte en las diferentes escuelas y colegios tanto en zonas rurales como urbanas.