La extensa temporada seca que ha afectado al país durante los últimos cinco meses recordó a miles de familias que el agua no es un recurso renovable y lanzó al Gobierno un mensaje: Costa Rica está urgida de embalses para satisfacer las necesidades de consumo de los hogares nacionales.
La falta de infraestructura para la captación del agua hace que aunque existan zonas en el Caribe y Pacífico sur que tienen suficiente líquido, no se disponga de mecanismos para trasladar ese recurso a las comunidades con mayor densidad de población y que sufren más por la escasez del líquido.
La alerta viene acompañada de un llamado urgente a crear una cultura de consumo responsable en el país, así como de regular la planificación del crecimiento de urbano en los 81 cantones.
“Cuesta traer el agua a zonas más densas, como el Valle Central , porque implica más costos. El Estado se descuidó de crear infraestructura de captación. Todo se concentró en energía hidroeléctrica y hoy se requieren embalses para consumo diario”, explicó Jorge Bonilla, director de Agua del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).
Entre las acciones, el Minae elabora una agenda interinstitucional que busca concientizar a la población sobre el uso del agua. “En Costa Rica cada persona consume un aproximado de 250 litros diarios de agua. Tenemos que empezar por una cultura de uso racional; que la gente entienda que este es un bien finito y que no es posible que mantenga la ducha abierta mientras se enjabona o que lave el carro con agua potable”, agregó Bonilla.
Pero para aplicar medidas de mitigación, es necesario comenzar por crear una red de monitoreo de las aguas subterráneas, cuya primera etapa tiene un costo de ¢800 millones.
El objetivo es conocer, con certeza, cuáles son los niveles de disponibilidad del agua en Costa Rica.
Esos resultados se combinarán con los datos de instituciones como el Instituto Meteorológico Nacional (IMN), que confirman el descenso de hasta un 40% en el patrón de lluvias del año pasado.
Mientras en el Caribe norte el patrón de lluvias era de 3.800 milímetros, el año pasado bajó a 2.940 milímetros, sin que aún el IMN logre determinar cuál fue la causa.
Nueva ley. Existe la necesidad de aprobar una nueva ley de aguas que responda a las necesidades actuales y que modernice la normativa de 1942. “En 1942, la población llegaba a 700.000 habitantes y todo estaba orientado a la agricultura. Hoy somos casi cinco millones y la prioridad es el consumo diario”, indicó José Joaquín Chacón, subdirector de Agua del Minae.
Desde el 2001, los proyectos de ley sobre esta materia han ido a parar a las gavetas del Poder Legislativo por “falta de voluntad política”, dijeron los jerarcas de la dirección de Agua del Minae.