Un contrato para darle mantenimiento al aire acondicionado le generó una economía del 52% a la Municipalidad de Grecia.
Para esta compra, el Ayuntamiento presupuestó ¢4 millones. Al igual que la mayor parte de sus contratos lo hizo mediante el sistema de comercio electrónico (Mer-Link) y al final adjudicó en solo ¢1,9 millones. Es decir, en una compra ahorró ¢2,1 millones.
Este es uno de los ayuntamientos más avanzados en el uso de esa plataforma tecnológica.
“Tenemos dos años de utilizar el sistema y hemos recibido grandes beneficios en costos. Hemos ampliado la gama del servicio a proveedores fuera del cantón y los precios son más competitivos”, manifestó Alejandro Salas, asistente de proveeduría Municipal.
De los ¢1.758 millones presupuestados para compras en línea, la entidad gastó ¢1.419 millones, para un ahorro de ¢339 millones.
Además, recientemente adjudicó un contrato para la sustitución de tuberías del acueducto en ¢1.200 millones cuando el estimado era de ¢1.600 millones.
“Obtuvimos una gran ganancia y escogimos una empresa muy buena porque el cartel era muy riguroso”, aseguró Salas.
Destacó otros beneficios de las compras en línea, como ahorro en papel y tiempo.
Al estar Mer-Link conectado al Sistema Integrado de Actividad Contractual de la Contraloría General de la República ya no es necesario digitar esa información.
Lo que sí está pendiente es que la Contraloría haga su interfaz con la plataforma Mer-Link, lo cual obliga a imprimir los contratos en físico y llevarlos a esa entidad para su refrendo.
Sobre este tema, la Contraloría informó de coordina las áreas de trabajo con Mer-Link, pero aún no hay una fecha estimada de cuándo quedarían conectados.
Javier Iglesias, encargado de compras del Consejo Rector de ese ente, enumeró los beneficios del sistema: económicos, de tiempo, papel y hasta de espacio físico.
“Una parte importantísima es la eficiencia porque los procesos son más rápidos y expeditos, sobretodo al responder recursos o aclarar dudas del cartel”, explicó.
En cuanto al ahorro, lo estimó en un 20% entre lo presupuestado y lo ofertado. Por ejemplo, en una licitación para adquirir siete teléfonos fijos se presupuestaron ¢175.000 y la oferta que llegó fue de ¢95.000. Mientras, la compra de un equipo de fotocopiado estimada en ¢3,2 millones se adquirió en ¢2,1 millones.
Otra de las bondades del comercio electrónico, dijo, es que es más inclusivo y le da la posibilidad a pymes
de participar. Esto beneficia tanto a los pequeños proveedores como a las entidades públicas.