esta es la entrada al barrio Manuel Mora, la cual se encuentra sin pavimento al menos 100 metros. En invierno las lluvias provocan que el agua se entanque.
Los pleitos entre alcaldes y regidores, así como la falta de planificación al elaborar un plan de gastos en nueve de los 81 municipios, desembocaron en el rechazo del presupuesto ordinario para este año por parte de la Contraloría General de la República.
Estos ayuntamientos son Goicoechea y Dota, en San José; Naranjo, en Alajuela; Jiménez, en Cartago; Puntarenas, Esparza, Garabito y Parrita, en Puntarenas; y Matina, en Limón.
Además, el ente contralor solo autorizó de manera parcial el plan de gastos propuesto por otros 42 municipios. De esta manera, solo 30 gobiernos locales salieron airosos de esa detallada revisión económica.
Juan Rafael Marín, ministro de Descentralización y Desarrollo, no dudó en señalar los conflictos como el principal motivo del rechazo de los presupuestos.
“En la mayoría de los casos, el alcalde planteó el plan de gastos y los regidores lo variaron, pero no siguieron la dinámica presupuestaria”, aseguró Marín.
Como consecuencia de estos despistes, ahora los nueve gobiernos locales tendrán que recurrir a modificaciones y presupuestos extraordinarios para cumplir con las metas fijadas este año.
Además, se podría acentuar la carencia de dinero para obras comunales porque todos los proyectos nuevos quedaron sin sustento económico.
Como los planes de gastos fueron desaprobados, los ayuntamientos parten con la distribución de fondos del año pasado, lo que significa que hay dinero para obras que ya fueron terminadas.
Ante esto, se requiere tomar esos recursos y redireccionarlos hacia los nuevos proyectos, pero ese trámite no es tan rápido, ya que debe discutirse en el concejo municipal y luego ser enviado a la Contraloría para aprobación.
“Esto lleva trabajo adicional para los encargados de la parte contable y de planificación; es un doble esfuerzo”, aseguró Marín.
Entre tanto, el presidente del Concejo de Puntarenas, Luis Guillermo Ugalde, así como el alcalde de ese cantón, Juan Luis Bolaños, y el de Goicoechea, Óscar Figueroa, reconocieron que los desacuerdos fueron la causa del rechazo de los planes de gastos.
“Los regidores no hicieron caso, teníamos el presupuesto cuadrado y ellos lo tocaron y llegó a la Contraloría con un descuadre de ¢96 millones”, comentó Figueroa.
Se trata de La Cruz (¢734 millones menos), Carrillo (¢567 millones), Santa Cruz (¢206 millones), Guácimo (¢51 millones), Osa (¢270 millones), Pérez Zeledón (¢157 millones) y Siquirres (¢140 millones).
Carlos Cantillo, alcalde de Carrillo, explicó que la caída en el presupuesto se debe al desplome en el número de construcciones.
“Antes el impuesto a la construcción representaba el 22% de los ingresos, ahora apenas el 4%”, detalló Cantillo.
Rocío Vargas, contadora de la Municipalidad de Guácimo, indicó que el plan de gastos del 2010 fue mayor pues incluyó un superávit arrastrado de años anteriores.
Como una nube gris extra sobre los municipios, Marín prevé un aumento en la morosidad y un gran riesgo de que algunos ayuntamientos tengan déficit.
Por eso, abogó por fortalecer la actividad de cobro.
“Tienen que ser muy ágiles para recuperar ingresos en los primeros cuatro meses del año porque me parece que la gente no está pagando”, señaló Marín.