Cansados y de rodillas, devotos rezan a ‘La Negrita’

Héctor Portilla, de 73 años, completó la romería hacia la Basílica de los Ángeles ayer, a las 10:30 a. m. Con el cuerpo cansado y dando pasos lentos, llegó a las puertas del santuario.

Sin embargo, el sacrificio que le implicó levantarse de madrugada y conquistar el Ochomogo, no le bastó. Faltaba algo más, un último acto de humildad y entrega.

Con cuidado, llevó sus rodillas al piso y se incorporó al río de gente que se deslizaba hacia el altar.

“Si hago el esfuerzo de caminar hasta Cartago y no entro de rodillas es como si no hubiera venido. Hay que hacerlo, es por devoción”, explicó este adulto mayor, con una noble sonrisa acentuada por las líneas de sus ojos.

Las palabras de Portilla resumen el sentir de miles de personas que tienen la necesidad de culminar su peregrinaje de rodillas.

“Es algo especial, ver a tantísima gente, una multitud de creyentes que hay aquí, y todavía faltan más...¡Uy!, y mañana (hoy) va a ser un día hasta más fabuloso con más devotos. Ahí vamos, poco a poco, ahí está La Negrita, ahí la tenemos”, reflexionó don Héctor.

Algunos gatearon con las rodillas expuestas, otros lo hicieron rezando y con bebés en sus brazos, como ofrendas de agradecimiento.

Irsa Brenes se conmovió tanto que derramaba lágrimas incontenibles al postrarse ante la imagen de la Virgen.

“Siempre me pongo así cuando termino la romería. El solo hecho de saber que Dios me dio la oportunidad de llegar hasta aquí me llena tanto. Es un gozo muy grande, no se puede describir”, dijo la mujer de 49 años, quien viajó desde Santo Domingo, Heredia, con su esposo.

José Salazar había caminado más de siete horas desde Turrialba y, aún así, gateó los últimos metros para dar gracias por la vida de su bebé de seis meses, Marisa.

A las 10:30 a. m., mientras se efectuaba la misa en la explanada, la imagen de La Negrita se trasladó a la plazoleta durante más de una hora. No obstante, las personas continuaron acercándose al altar, como si siguiera ahí.

Masivo. La multitud que visitó la Vieja Metrópoli, ayer, incluso superó a la del sábado y generó un nuevo colapso vial para ingresar y salir de la ciudad.

La Policía de Tránsito nuevamente se vio obligada a cerrar la carretera vieja hacia Tres Ríos desde la mañana y a regular el paso por la autopista Florencio del Castillo.

Hoy a las 10 a. m. se efectuará la tradicional “vestición” de la imagen en el templete de la Basílica.