29 de setiembre del 2010, Puntarenas, San Isidro de Montes de Oca, Proyecto Planta Trmica Garabito del ICE que generar electricidad mediante la combustin de derivados del petrleo ( energa trmica ), en la imagen se encuentran cinco motores que los expertos Alemanes realizan pruebas para calibrar / caravaca (marvin caravaca)
El búnker suplido por la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) al ICE le provocó problemas de funcionamiento a la planta térmica Garabito, la mayor generadora eléctrica del país.
Por su inestabilidad, el carburante atascó con sedimentos la parte interna de las centrífugas aumentando el ciclo de operación y autolimpieza de los filtros, aunque no los dañó , dijo Alberto Quirós, director de producción de Electricidad del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Por esta razón el Instituto le devolvió a Recope los 19,9 millones de litros de búnker que ya tenía almacenados en el sitio de la termoeléctrica Garabito, ubicada en Montes de Oro de Puntarenas.
Mientras tanto, el búnker para Garabito se importa desde Colombia, por el puerto de Caldera.
El combustible había sido trasladado hasta la generadora en camiones cisternas desde el plantel de Recope en Moín, Limón.
Como el Instituto no lo utilizó fue comercializado en el mercado local sin que generara ningún tipo de problema, según Recope.
La devolución del combustible se dio a finales del año anterior.
El producto está valorado en cerca de $2 millones que fueron reintegrados al ICE mediante una nota de crédito, informaron jerarcas de la Refinadora.
El ICE es el mayor consumidor de búnker del país con unos 180.000 barriles (28,6 millones de litros) al mes. Solo la planta Garabito de 200 megavatios de capacidad instalada quema unos 137 millones de litros de búnker al año.
La generadora, una de las más grandes de Centroamérica, le costó al ICE $360 millones. Su producción de electricidad es fundamental para evitar apagones especialmente durante la época seca.
La planta cuya instalación y puesta en marcha está a cargo de la firma alemana MAN, empezó pruebas de operación en octubre.
El resto de la industria nacional consume 100.000 barriles (15,9 millones de litros) de búnker al mes.
Entre las empresas con alta demanda de este carburante están Cooperativa de Productores de Leche (Dos Pinos), Vidrios de Centroamérica (Vicesa) y piñeras.
El búnker contiene asfaltenos (fracción de crudo insoluble en solventes alifáticos de bajo peso molecular) y en opinión de Recope eso resultó más crítico de lo que se había explorado.
“Cuando se hicieron los análisis de laboratorio no se prevían esos problemas y por eso fue que el ICE compró todo ese búnker. Definitivamente, no tiene que ver con la prueba de aceite vegetal”, puntualizó el máximo jerarca de Recope.
La Refinadora mezcló 1.500 barriles (238.500 litros) de aceite vegetal con petróleo como parte de un ensayo para producir biodiésel.
El aceite se mezcló con todo el búnker resultante del proceso de refinación, no solo con el del ICE. “Es un porcentaje casi imperceptible”, defendió Villalobos.
No obstante, el funcionario sí reconoció que las pruebas con aceite hechas en la refinería con miras a obtener biódisel, no salieron tan positivas como se esperaba.
A su llegada Recope, en mayo anterior, Villalobos se había propuesto tener lista, en los siguientes tres meses, una planta para recibir y procesar aceites y así producir biodiésel en la refinería de Moín.
Ante el fracaso del experimento, ahora cambió de estrategia: “ Se está hablando con los productores (de aceite) para que ellos hagan plantas (para producirlo) y comprarles el biodiésel”, manifestó.
, Ulate explicó que los equipos de la planta térmica Garabito son diferentes a los del resto de la industria costarricense.
“Ellos requieren un búnker con características más especiales de lo que en un inicio se creyó”, dijo.
Las especificaciones de ese producto son distintas a las del búnker que refina Recope en el país.
Esas diferencias están centradas en su viscosidad, punto de fluidez y punto de inflamación.
Para Ulate, fueron características muy operacionales de la planta Garabito las que impidieron que el búnker funcionara debidamente.
“Cómo se va a detectar eso en una prueba de laboratorio”, cuestionó el funcionario.
Asimismo, la planta consume búnker con bajo contenido de diésel. Aunque la norma nacional sobre contenido de azufre en los hidrocarburos permite concentraciones de un 3%, la planta de Garabito exige un 1,83%. Y el búnker importado de Colombia trae solo 1%.
La planta térmica Garabito tiene un motor diésel, pero éste también permite quemar búnker para producir la energía eléctrica.
De acuerdo con Recope su vieja refinería de Moín no tiene capacidad para producir el búnker con las características demandadas por la nueva planta del ICE.
Esto los obligará a seguir importando el producto hasta que este listo su proyecto de modernizar y ampliar la refinería. Este es un proyecto de $1.000 millones que Recope impulsa en asocio con la petrolera estatal china.