Cuatro años de implementación no han bastado para revertir las críticas de directores y docentes sobre el adelantamiento de materias en los colegios.
El Ministerio de Educación Pública (MEP) echó a andar la medida en el 2009, con el fin de que los estudiantes cursaran solo las materias reprobadas y adelantar otras del siguiente nivel.
Desde entonces, abundan las quejas por dificultades administrativas para ajustar horarios y mantener ocupados a aquellos jóvenes con bloques de clases libres. También se alega un débil sentimiento de pertenencia entre los alumnos que están en esta condición.
Carlos Enrique Artavia, director del Liceo Mauro Fernández Acuña, en Tibás, aseguró que no tiene dónde ubicar a los alumnos durante las lecciones en que están libres y que ellos se aburren.
“La idea es buena, pero la forma en que se redactó y se lleva a cabo no tiene pies ni cabeza. Genera desorden, incertidumbre, estudiantes que flotan y a nosotros nos han convertido en guarderías”, manifestó el director Artavia.
Silvia Mora, coordinadora académica del Liceo de Moravia, alegó que su institución sufrió daños en infraestructura por parte de los jóvenes ociosos y resaltó que la medida impide el arraigo verdadero de estos estudiantes.
“No hay un sentido de identidad hacia un grupo y en esa edad lo necesitan. Al carecer de vínculos, los muchachos no se sienten como parte del sistema”, sostuvo Mora.
La funcionaria aseguró que el año pasado los índices de aprobación fueron bajos entre los alumnos en esa condición; como resultado, creció la deserción.
La presidenta de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE), Beatriz Ferreto, cuestionó la efectividad de la medida y dijo que el cambio no vino acompañado de los recursos para atender a estos jóvenes.
Ferreto exteriorizó sus preocupaciones por el bienestar y la seguridad de los colegiales que pasan horas sin supervisión.
El ministro de Educación Pública, Leonardo Garnier, reconoció que es la reforma más impopular de su gestión, que ya tiene siete años, y coincidió con que dificulta la labor administrativa.
No obstante, Garnier rechazó los alegatos de que perjudica los niveles de aprobación y que aumenta la deserción en los colegios.
El ministro dijo que el porcentaje de alumnos que adelanta materias es considerablemente bajo.
Para Garnier, parte de la solución consiste en seguir creando más y mejores espacios para los tiempos libres de los jóvenes que adelantan materias.
En lo que sí coinciden todos es que la tercera oportunidad para jóvenes que solo están debiendo una materia ha ayudado a reducir la reprobación. El MEP implementó esta medida a principios de este año. Colaboró: Alejandro Méndez