El deseo de asegurarse una alta tasa de promoción en los exámenes de bachillerato puede estar induciendo a algunos centros educativos a aplicar "coladores" por medio de un aumento en la práctica de reprobación en el ciclo diversificado (décimo, undécimo y duodécimo años).
La voz de alerta la dieron docentes, autoridades y representantes magisteriales, y la preocupación -que viene formulándose desde años atrás- se exacerbó luego que el Ministerio de Educación Pública (MEP) publicó una lista que revela el lugar que ocupó cada institución, según el número de estudiantes que ganaron esas pruebas.
Para tener derecho a resolver los exámenes de bachillerato, los alumnos tienen, primero, que haber aprobado el último año de la educación diversificada (undécimo, en el caso de colegios académicos, y duodécimo, en los técnico-profesionales).
La angustia del sector no es infundada. Esa clasificación puso de relieve que hubo centros que alcanzaron una promoción del ciento por ciento en el bachillerato, mas tuvieron porcentajes de aprobación muy bajos en undécimo año, con lo cual la relación entre los matriculados en ese nivel y los que concluyeron la enseñanza secundaria es muy inferior.
Por ejemplo, de acuerdo con datos proporcionados por el Ministerio, el Colegio de San Luis Gonzaga, de Cartago -la institución de enseñanza secundaria más antigua del país-, se ubicó en el lugar número 17 del ranking con un porcentaje de aprobación en bachillerato del 98,26 por ciento. Pero al comparar la cifra de los estudiantes que pudieron hacer esas pruebas con la matrícula inicial, se observa que el porcentaje es de apenas un 34,5. Ese fenómeno se repitió en varios centros educativos, tanto públicos como privados.
El viceministro de Educación, Stéfano Arias Ocampo, negó que el deseo de una buena promoción en bachillerato incremente la reprobación; a su juicio, lo que el MEP procura, al publicar la clasificación, es permitir a las instituciones mejorar su oferta y ser más eficientes.
Explicó que es necesario que los planteles de enseñanza sepan que el MEP tiene una radiografía de ellos y que es conveniente que los usuarios conozcan su rendimiento.
Arias manifestó que las escuelas y colegios recibirán próximamente una lista con varios indicadores educativos (repitencia, deserción, reprobación y aplazamiento) con el propósito de que cada uno elabore un plan tendiente al mejoramiento.
Aunque el Viceministro aseguró que la práctica del "colador" no debe producirse, de hecho las distintas instituciones la aplican y se ha profundizado desde que reinstauró el bachillerato en 1988. El director del colegio México -ubicado en el barrio capitalino de Aranjuez-, Elmer Villalobos, la consideró inconveniente para los muchachos.
Carlos Jiménez, director del Colegio Montserrat, de Puntarenas -uno de los 12 que alcanzaron el ciento por ciento de la promoción en bachillerato- negó que su institución retenga injustificadamente alumnos en undécimo año.
A su juicio, quienes reprueban ese nivel es porque no tuvieron las habilidades para efectuar las pruebas.
Más indicadores
Pero Juan Bautista Castro, del colegio Ilpal -en Santa Ana, San José- salió al paso y dijo que no se puede sacrificar al estudiante al final de la jornada solo para garantizar la imagen institucional. El gran desafío que debe tener la secundaria -consideró- es mantener elevados porcentajes de promoción en todos sus niveles, no solo en bachillerato.
Otros profesionales consultados por La Nación explicaron que si bien es sano que salga a la luz el ranking, es necesario publicar otros indicadores que revelen la eficiencia de cada institución educativa. Citaron, por ejemplo, la deserción, la repitencia y reprobación en todo los niveles; la oferta de enseñanza y la capacidad por atrapar y mantener a toda su población estudiantil.
Castro Elizondo y el profesor de matemáticas del liceo Rodrigo Facio -de Zapote, en la capital-, Carlos Castro Johanson, expresaron que los datos del MEP son valiosos en tanto permiten guiar a los padres de familia sobre cuál institución escoger. Sin embargo, también plantearon que esa información es engañosa y de doble filo porque no contempla la totalidad de los datos relevantes sin permitir ver cuántos alumnos se quedaron en el camino.
Esta preocupación fue compartida por Mario Mondol, secretario general de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE), quien expresó que es preciso obtener una visión completa de cada institución de enseñanza.
Elsa Wo Ching Arias, directora del Liceo de Moravia, en San Vicente -que en esa lista ocupó la posición 85-, declaró que se siente muy satisfecha del trabajo efectuado el año anterior. De 70 estudiantes en undécimo año, lograron llevar a bachillerato a 64 y obtuvieron una promoción del 76,5 por ciento. Para ella, sacar adelante a la población que está en el último nivel es un esfuerzo que también debe reconocerse.