Si un taxista necesita comprar un carro 100% financiado, primero debe pertenecer a alguna de las seis cooperativas que hay en el país, las cuales cobran montos por asociarse que van de los ¢550.000 a ¢1,2 millones.
La Unión Nacional de Taxistas critica que las cuotas iniciales son ahora “excesivas e impagables”.
En el país operan seis cooperativas de taxis: Coopetico, en Curridabat; Coopeirazú, en San Sebastián; Coopeheredia y Coopemargarita, en Heredia; Coopetaxi, en Tibás, y Cotaxa, en Alajuela.
El monto más alto es el de Coopemargarita, en Heredia, que cobra ¢1.260.000. Una vez asociado, el taxista debe pagar ¢38.000 por mensualidad y por el derecho a usar una frecuencia de radio.
Este monto varía pues cada cooperativa lo calcula a la libre, usando como base su capital social, el cual aumenta cada mes por el aporte de sus asociados.
La tibaseña Coopetaxi tiene 46 asociados y su capital social es de unos ¢36 millones. De primera entrada, el taxista debe desembolsar ¢800.000 y cerca de ¢35.000 al mes.
Coopemargarita es la que tiene menos asociados: 39. Coopeirazú tiene 43; le sigue Coopeheredia con 72, y Cotaxa, con 270, según datos del Instituto Nacional de Fomento Cooperativo (Infocoop). La que posee mayor número de socios es Coopetico; tiene 500. Allí, el taxista debe cancelar ¢550.000 y unos ¢36.000 por mes.
Rubén Vargas, de la Unión de Taxistas, reclamó que esa empresa pasó de cobrar ¢150.000 a exigir más del triple en poco tiempo. Según Édgar Castro, gerente de Coopetico, ellos solicitan el mismo monto desde hace tres años, solo que antes exigían ¢150.000 de entrada y el resto en partes.
“La diferencia es que ahora se les pide todo (¢550.000) de una vez; no se les financia. Igual ellos pueden escoger dónde pertenecer. Si quieren, se van”, justificó Castro.
El Banco de Costa Rica (BCR) y el Banco Popular, así como los asiáticos Korea Exinbank, el Banco Japonés de Cooperación Internacional y el China Exin Bank, exigen como requisito para financiar un taxi que el futuro dueño pertenezca a una cooperativa. Los no afiliados a cooperativas pueden optar solo por el 85% del valor del vehículo.
Desde que rigen esas condiciones para financiamiento, Coopetico cobra ¢50.000 por una carta que hace constar ante el banco que el taxista es parte de la empresa, aunque no goce de ningún beneficio.
Rubén Vargas, de la Unión de Taxistas, insiste en que esas “afiliaciones fantasma” son una forma de aprovecharse aún más de la necesidad del taxista.
Juan Castillo, supervisor del Infocoop, admitió que desconocía ese sistema de Coopetaxi y considera que merece ser investigado con tal de averiguar si el chofer forma parte de la empresa o si se trata solo de una mampara para el préstamo.El chofer que se considere afectado puede presentar una denuncia formal ante el Infocoop.Entonces, el Instituto investigará cada denuncia por separado y, de ser necesario, formulará un informe de auditoría y cumplimiento. Según Castro, de Coopetico, este sistema se creó para facilitar los préstamos a quienes no quieren involucrarse con la cooperativa y solo quieren obtener el carro fácil.