lugar barrio lourdes de ciudad quesada, carro conducido por hombre en aparente estado de ebriedad que a las 2,30 de la madarugada de ste viernes cay desde una altura de cuatro metros sobre la vivienda de antonio estrada aleman cuando ste dorma en compaa de su hijo uriel de 15 aos. ellos al igual que el chofer salieron ilesos tomadas aentre siete y ocho de la maana la fuerza publica inspeccion el sitio del suceso.
Aunque la Ley de tránsito castiga a los conductores ebrios con ¢26.000 y la suspensión de la licencia durante seis meses, apenas uno de cada tres se queda sin su permiso para manejar.
La suspensión de la licencia queda a criterio de los jueces, quienes en el 70% de los casos resuelven que la sanción económica es suficiente castigo.
El año pasado, la Policía de Tránsito multó a 5.500 choferes ebrios, pero los tribunales solo le quitaron el permiso de conducir a 1.670 (el 30%), según datos del Consejo de Seguridad Vial (Cosevi). Los 3.830 restantes siguieron circulando sin mayor problema.
En Costa Rica, el exceso de alcohol es la tercera causa de muertes en carretera, apenas superada por el exceso de velocidad y las imprudencias peatonales.
Solo en el primer mes del año, siete personas murieron por culpa de choferes borrachos.
Germán Marín, director de la Policía de Tránsito, sostuvo que la falta de castigos más severos favorece la conducta temeraria en carretera.
Entre otras cosas, porque aún cuando el Tránsito retiene la licencia del infractor, muchos se aventuran a manejar los seis meses sin el permiso de conducir, confiados en que no los detendrá un oficial en carretera.
Además, también podrían mentir y decirle al tráfico que dejaron el plástico en la casa o en otro carro. Si el oficial no consulta la vigencia del documento por radio podría creerse la mentira y el infractor seguirá su marcha con una sanción de apenas ¢2.000.
Burlas al sistema. Otros choferes se aprovechan de la lentitud con que se reportan las multas por ebriedad ante Seguridad Vial.
Dependiendo de la eficiencia del oficial, una boleta ingresa al sistema horas o días después de confiscada la licencia.
Esto le da un plazo suficiente al conductor para acudir al Cosevi a pedir un duplicado de su permiso de conducir, aduciendo que lo perdió o se lo robaron.
También hay quienes sacan diferentes tipos de licencia, según los vehículos que manejen: livianos, motos o camiones.
Si los detienen ebrios entregan la licencia de vehículo liviano y siguen tranquilos en carretera. Si algún día los vuelve a inspeccionar un oficial de tránsito, le mostrarán la licencia de carga.
Germán Marín aseguró que este portillo es fácil de controlar siempre y cuando el juez de tránsito sancione todas las licencias emitidas a nombre del imprudente.
No importa si andaba en moto cuando lo descubrieron ebrio, la idea es que no pueda conducir ningún tipo de vehículo, explicó el Director de Tránsito.
Falta de equipos. Viviana Martín, viceministra de Transportes, reconoció que la Policía tiene muy pocas herramientas para detectar a los conductores sancionados que intentan burlar a la autoridad.
Por ejemplo, si un chofer anda el duplicado de su licencia, el oficial tendría que llamar por por radio al Tránsito para determinar si el documento está suspendido o no.
Martín aseguró que ese problema empezará a resolverse en junio cuando ingresen al país 180 computadores portátiles o Handhelds que tendrán un sistema de posicionamiento global (GPS).
Estos equipos le permitirán a cada oficial de Tránsito introducir los datos del conductor infractor y el sitio donde fue sancionado.
En una primera etapa del proyecto, el oficial tendrá que ir aun computadora fija en su oficina a bajar la información del día. Más adelante, el computador portátil tendrá conexión inalámbrica con las bases de datos del Cosevi y la Policía de Tránsito, explicó Roy Rojas, director de Seguridad Vial.
El proyecto cuesta $1 millón. Se espera que en setiembre ingresen 90 equipos más y que, conforme avance el actual Gobierno, los 700 oficiales de Tránsito tengan su equipo portátil.