El presidente de la República, Luis Guillermo Solís, participó esta mañana en la misa solemne de honores al papa Francisco con ocasión de su día, una fecha en que la Iglesia católica celebra la institución de la Iglesia por San Pedro.
Solís acudió a la invitación de los obispos católicos en la Catedral Metropolitana y después de compartir un aplauso colectivo al pontífice Francisco, asistió a una recepción en la Nunciatura, sede diplomática del Vaticano.
Al finalizar la misa, atendió preguntas de periodistas y djo que la negociación de un acuerdo entre Costa Rica y la Santa Sede tiene aún camino abierto y que su gobierno mantiene la tesis de que el Estados costarricense debe dejar de ser oficialmente católico, como dice la Constitución Política.
Añadió que ha invitado, por vía informal, al papa Francisco a venir a Costa Rica y que enviará la invitación por los canales diplomáticos.
Esto podría ocurrir cuando asuma el embajador designado, Marco Vargas, quien sustituirá a Fernando Sánchez como parte del giro más laico y menos devoto que Costa Rica pretende dar a su relación con el Vaticano, según el canciller Manuel González.