Los pescados se multiplicaron en el Mercado Central josefino y con ellos los clientes durante la feria de precios bajos de Semana Santa que comenzó ayer en las diez pescaderías del lugar.
En los estrechos pasillos no cabía un alfiler. El olor a pescado se mezclaba con los gritos de la gente pidiendo filet de bolillo, camarones o macarela. Además, la música de las cimarronas acompañaba las compras de los clientes quienes aprovecharon las gangas pesqueras.
La feria fue organizada por José Gutiérrez, dueño de la pescadería El Rey, y es apoyada por la Municipalidad de San José.
“La idea es que la gente venga y conozca que en el mercado hay producto barato y fresco. Tratamos de no subir los precios. Por ejemplo: la corvina reina se consigue en cualquier lugar entre ¢10.000 y ¢12.000, en la feria se consigue en ¢8.000 el kilo”, explicó Gutiérrez.
Los camarones son los productos más apetecidos. Entre el viernes y ayer, se vendieron unos 120 kilos de camarón mediano en la pescadería El Dolphin, según Ronaldo Sevilla.
La feria es la primera que se realiza en el Mercado Central y se extenderá hasta el próximo Miércoles Santo.
Uno de los asistentes fue Olman Camacho, vecino de Aserrí. “Está un 20% más barato que en cualquier otro lugar”, dijo Camacho.
Sin embargo, Esteban Vargas, de Desamparados, no ve muchos descuentos.
“Compré un kilo y medio de pescado para ceviche y me costó ¢7.000. Un kilo y medio de pescado entero me costó ¢6.000 y medio kilo de camarón normal me costó ¢3.500”, dijo Vargas.
El Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) realizó un estudio en 40 supermercados que reveló diferencias de hasta un 152% en los precios de 29 productos cuyo consumo es típico durante la Semana Santa.
Según el MEIC, el precio promedio del kilo de corvina en los supermercados era de ¢9.587. El kilo de pescado entero pargo rojo costaba cerca de ¢5.546 y el kilo de macarela rondaba los ¢3.684. El precio del camarón tipo pinky era de ¢9.996 . y el de la chuleta de tilapia costaba alrededor de ¢5.051.
La entidad aconsejó a los clientes que, al comprar pescado fresco, busquen el de buen olor, que no esté babosos y que sus ojos no estén hundidos, sino se que sean claros, brillantes y salientes.
En los camarones, si la cáscara se desprende fácilmente y la carne tiene bordes amarillos, se denota la mala calidad.