Luis Daniel Rodríguez:
Lo que me parece un contrasentido es meter a tu hijo a un colegio muy caro con la esperanza de que aprenda inglés y vaya preparado en Matemática, pero resulta que, además de los ¢200.000 por mes del colegio, tenés que pagarle por fuera a un tutor para esas dos materias.
Laura Chavarría:
No se trata solo de que los profesores sean malos. Muchas veces, hay estudiantes que llegan a hacer nada a las clases porque saben que después le pagan a alguien para que les explique.
Jorge Muñoz Chacón:
A la Educación y a la Medicina siempre les van a dar muy duro aunque no todos los profesionales sean iguales.
El problema es que los estudiantes y pacientes muchas veces tampoco ponen su cuota.
Les gusta tener una relación paternalista donde el educador o médico se encargue de todo, en vez de una relación “contractual”.
Inge Castro:
Soy madre y educadora, pago por tutorías a mi hijo y las otras se las doy yo en mi casa. A veces, es una mala pedagogía que dan en los centros educativos; en otras, los profesores no atienden adecuadamente las necesidades educativas de los alumnos.
Pris Morales:
¡Ni modo! Hay que recurrir a tutores por fuera porque los profesores en los colegios no están capacitados para dar una lección, no saben nada y los pobres chicos deben pagar las consecuencias.
Pily Brenes Arrieta:
Mi hija se quedó en Estudios Sociales en sétimo año, el año pasado. Perdió la primera convocatoria y le pagué tutor para la segunda.
La profesora fue muy razonable y nos cobró por el paquete de cuatro sesiones, de cuatro horas cada una, ¢30.000 y ella logró pasar el año.