Al llegar a las aulas del colegio, jóvenes indígenas suelen guardar en el baúl de los recuerdos su idioma natal y las costumbres que los criaron, temerosos de sufrir rechazos.
Así lo reconocen maestros, padres de familia y líderes de los pueblos indígenas.
El racismo solapado, que se disfraza con etiquetas como “cholo” e “indio”, provoca que los muchachos opten por rechazar sus raíces culturales, entre estas su lengua.
“En Quitirrisí (Tabarcia de Mora), hay muchachos que se bajan en una parada de buses antes de llegar al pueblo y caminan kilómetros porque les da pena que sus compañeros vean que son indígenas”, manifestó Iris Rojas, directora de la Escuela Ninfa Cabezas.
En Costa Rica hay cerca de 104.000 indígenas distribuidos en ocho pueblos y 24 territorios. Sin embargo, solo cuatro idiomas (bribri, cabécar, maleku y ngöbe) permanecen en ellos.
“Es mejor no decir que uno es indígena porque después vacilan con que uno lleva taparrabo”, afirmó Juan Céspedes, de 14 años y estudiante de octavo año de colegio.
Los maestros aseguran que los programas de estudio del Ministerio de Educación Pública (MEP) se diseñan en San José, sin tomar en cuenta sus necesidades y con una débil formación en identidad.
“No hay contexto de la cultura indígena. Hay que preservar los idiomas que aún existen y promover una educación que haga que el joven sienta orgullo de sus raíces”, expresó José Estrada, director del Departamento Intercultural Indígena del MEP.
Cambios. Ante ese escenario, en julio de este año se aprobó una reforma al subsistema de educación que obliga a que todo docente que pretenda un nombramiento en un territorio indígena, deberá dominar el idioma natal de esa zona.
La reforma educativa también incluye la creación de un consejo local que influya en el diseño de las propuestas curriculares que reciben los estudiantes.
Sin embargo, Mariana Bejarano, docente oriunda de Quitirrisí, criticó que la discriminación también viene de familias indígenas que menosprecian la labor del docente si es de la zona.
“Hay quienes creen que porque uno es indígena, no sabe nada y prefieren al profesor blanco, aunque desconozcan de dónde viene”, manifestó la maestra de primaria.
El plan de rescate de la identidad indígena consiste en promover más lecciones del idioma nativo, puesto que ahora reciben 10 lecciones de Español y solo tres de la lengua natal.
El otro eje que se busca fortalecer es la formación de líderes comunales que integren las mesas de trabajo para los planes de estudio.
“No somos menos personas por el color de piel o por expresar nuestra cultura.
”Con el silencio no ganamos nada y el Estado sigue en deuda”, concluyó Óscar Almengor, líder indígena de Talamanca.