En los servicios de salud se atiende al paciente con algún diagnóstico de una enfermedad mental, pero, ¿qué se hace a nivel de la Caja para prevenir esos padecimientos?
Como institución, esa es una tarea pendiente: nos toca fortalecer más es la prevención y la promoción de la salud.
”Hay un desconocimiento total. La población no sabe cuándo y dónde acudir a un servicio médico si es que tiene algún síntoma de algún padecimiento mental. También hay desconocimiento de parte del personal médico. Muchos pacientes pasan por varios especialistas antes de conocer que lo mental es lo que le causa otro padecimiento”.
¿A qué atribuye esa situación que describe?
No tenemos un estudio a nivel de las comunidades para saber qué está pasando en ellas. En lo privado, sabemos que lo que más se atiende son los trastornos de ansiedad y la depresión; esas son las principales causas de consulta, que es lo más se acercaría a lo que pasa en la población en general.
¿Desde dónde se debería comenzar a atacar el problema de la desinformación?
No le estamos dando atención a lo que sucede en el entorno familiar: violencia, consumo de drogas o alguna situación de abandono.
”Somos el producto de lo que vivimos desde pequeños o jóvenes y quizá eso es lo que vamos a repetir en la vida adulta. En la familia debe comenzar la atención a los problemas”.
La Caja reporta un aumento en las incapacidades y en el uso de medicamentos para controlar males mentales. ¿Se enfatiza más en el tratamiento que en la prevención?
El tratamiento es lo que logra que la personas, aún con capacidades disminuidas, se reintegren a sus actividades rutinarias. Más allá de eso, debemos hacer que todo individuo tenga un espacio social”.