Leonardo Patterson, quien fue cesado en junio pasado como consejero en Asuntos Culturales de la misión costarricense en la ONU, negó haber participado en actividades ilícitas por medio de un fax enviado a este medio el viernes anterior.
En su edición del 31 de julio, el periódico The New York Times publicó que Patterson mantenía contactos con Val Edwards, un supuesto contrabandista de piezas indígenas extraídas de Guatemala y México.
"Nunca he tenido relación con actividades ilícitas con piezas precolombinas y ... no es cierto que haya tenido alguna clase de vinculación de negocios o cualquier otra naturaleza con el señor Val Edwards", expresó Patterson.
En su carta, Patterson comentó que hace 10 años fue mal asesorado legalmente y por ello se le dictó un régimen de palabra y libertad condicional, "aunque no hubo sentencia, ni se demostró actividad ilícita alguna", agregó.
En esos momentos, añadió: "No me defendí bien porque... estaba abrumado por la muerte de mi hijo mayor en un accidente de tránsito."
Según la edición del periódico norteamericano, en 1985 Patterson fue sorprendido tratando de introducir en Estados Unidos una figura de cerámina antigua y huevos de tortuga.
Al respecto, Patterson respondió: "En cuanto a los 32 huevos de tortuga, los mismos los traía conmigo porque son deliciosos y sumamente nutritivos. No sabía, y creo que nadie sabe, que portarlos y comerlos es una ofensa federal en los Estados Unidos".
En un comunicado de prensa, el ministro de Relaciones Exteriores de nuestro país, Fernando Naranjo, informó de que Patterson nunca fue acreditado como funcionario diplomático.